|| Kilig___Natasha Romanoff || [FINALIZADA]

VI "Tan sólo por está vez"

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Tras la confesión de Verónica, Natasha no pudo dejar de pensarla en todo momento, donde trataba de evitarla como pudiera pero entre la misión de vigilarlos y su reciente inserción en Shield con las ayudas a Fury, era un hecho realmente difícil y le estaba tomando cuentas respecto a sus emociones por la menor Stark.

Habían pasado las semanas desde ese momento pero sentía su peso como si fuera el primer día, así sumando sus nuevas atenciones en ayudarle con el área informática de Shield y los asuntos de empresa, quedándose hasta altas horas de la madrugada trabajando donde incluso pudo notar más de una vez como la tapaba y acariciaba su cabello cuando se quedaba dormida.

Se sentía demasiado cómoda y cálida con respecto a Verónica.

¿Cómo ignorarla cuando te dedica palabras y un apoyo incondicional?

Con ella se sentía querida, sentia que la entendían pero sobretodo Verónica Stark la hacía sentir humana.

Siguiendo con su obsesión de observarla sin que ella lo notara hoy estaba ayudando a mejorar la maquinaria de Shield, donde por cuenta propia estaba desmantelando y armando los motores actualizados por la misma, ya que decía que los hombres de Fury daban asco en el ámbito ingienero.

Donde toda la atención parecía posarse en el cuerpo ya sudoroso de la castaña quien se había tenido que hacer un moño como sacarse el overol quedando tan sólo en un short y top deportivo con una mayor vista de su trabajado cuerpo, no se había fijado bien en las pronunciadas curvas que poseía la joven Stark, no llegaban a ser exageradas pero al lucir esa piel bronceada, parecía poseer un brillo el cual aumentaba ante las pequeñas gotas de sudor que se abrían camino en su cuerpo hasta caer y perderse en el valle de sus senos.

--Vamos que te cargas un pastel como de repostería, chica Stark--dijo uno de los agentes a su lado mientras su mirada lasciva recorría su cuerpo sin pudor alguno, al parecer la pelirroja no era la única en prestar atención a la anatomía de la menor

La rusa con un golpe de repulsión y rabia de las miradas de los hombres, iba a interferir en llevarse a la chica consigo pero Verónica se adelantó a sus actos, como siempre hacía.

--¿Disculpa?--dijo la castaña al voltear y cruzarse de brazos

--Que estas más buena que el pan que te daría mi....

La menor alzó la mano para que se callara--A ver que esta gracia te la tengo que aplaudir ¿No?, que el niñito se calentó con un top, celebrenle el piropo de albañil--dijo para sus colegas comenzar a reír como el mismo