Capítulo 2: los gemeliers

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Bajamos, pero no llegábamos tarde. Había un pelotón de gente entrando en el comedor. Dejamos que pasaran y entramos. La directora cogía el micrófono mientras nos sentábamos. La interminable charla de media hora nos hablaba de cuándo empezábamos las clases y nos recordaba la estación donde cogeríamos el tren para venir, y la hora. También nos hablaba sobre los estudios y nos deseaba un feliz verano.

Nos mandaron coger las maletas de las habitaciones. Todo el mundo se reía, chillaba y saltaba, pero bueno, era el último día. El internado estaba a tres cuartos de hora de la estación, así que íbamos en bus. Sí, íbamos en tren. El Internado estaba lejos de la ciudad, y aún más lejos de Santa Ponça. Eran casi dos horas en tren, pero había tele y comida. Por fin arrancó y poco a poco el inmenso laberinto de clases se fue alejando, más bien nos alejábamos nosotros.

L: puff qué raro se me harán dos meses con mis padres ,sin hacer nada. ( y lo dijo mirándome a los ojos ¿otra vez? ¿por qué?)

Y: ya, bueno... Dos meses en un albergue juvenil de verano (Los padres de Ylenia habían muerto en un trágico accidente)

L: lo siento.

A: bueno, cambiemos de tema, ¿teneis algo pensado para el verano?

Estábamos Laura y yo en asientos juntos, Ylenia delante de mí y Carlota su lado. Carlota era una niña de nuestra "pandilla". Nos hacía mucho reír y era muy positiva, a veces demasiado. Su pelo marrón y rubio con pequeñas ondas estaba siempre recogido en una coleta y tenía los ojos grandes y color miel.

Carlota: sí. Yo voy a ir a Valencia, a un campamento. (La madre de Carlota había muerto cuando ella tenía cinco años por cáncer, su padre quedó muy afectado y no la hacia tanto caso). Estaré todo lo que queda de julio.

Y: pues yo no sé. Seguramente haremos actividades y excursiones como todos los años. Menos mal que ya no voy al albergue infantil.

L: yo también tengo planes. (Y no dijo nada más. Pero mientras lo decía sus ojos verdosos me miraban de reojo)

A: yo estaré con mi madre y mi hermana. Bueno y vendrá mi padre.

A la media hora Carlota y Laura se durmieron. Yle y yo estuvimos hablando sobre su albergue y que era su primer año en el juvenil. Yo le hablé sobre Santa Ponça.

Y: buf no me creo que vivas donde Calum. (Aunque ella era más bien gemelier)

A: jajaj, ya... Bueno.. Pero, ¿que tienen de especial? ¿por qué hay tantas gemeliers que se dejan la vida por ellos?

Y: pues porque son buenos cantantes. Los gemeliers nos tratan genial y nos llaman princesitas. Hacen un montón de cosas para que nosotras cumplamos nuestro sueño. Y Calum es simplemente perfecto.

A: ¿y que cantan?

Y: ¿ nunca has oído a los gemeliers? Pues ahora mismo te pongo canciones, sí o sí.

Buscó las canciones en el móvil, cogió los auriculares y me pasó uno. Me dijo que me pondría en el disco entero. La primera canción era muy ñoña, luego fueron a mejor y la última era bastante más movida. Pensaba: "uy pues no están tan mal, me gusta la de la torpe noria o como se llame. ¡Pero qué estoy diciendo! ¡no me pueden gustar! Bueno... ¿por qué no?

De repente se apagaron las luces del tren y éste paró. Se oyeron unos gritos, ¿qué estaba pasando?

Escrito sobre otra mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora