Una medida desesperada, esa será un acta matrimonial que unirá a Harry Styles y Louis Tomlinson, unos seres de caracteres y vidas totalmente diferentes, que aprenderán a entenderse y amarse.
¿Será su vida en común un total infierno o hallarán el cie...
El conseguir una cita para el matrimonio fue un poco más complicado de lo que se había esperado, así que Des se tuvo que contener las ganas de ir con el omega ojiazul, hasta no tener bien amarrado ese asunto.
Mientras, tuvo que soportar el escuchar a su pobre hijo, seguir muriéndose con la pena en la agónica soledad de las cuatro paredes de su habitación.
...-Louis...Louis... ¿Por qué no me quieres?, dime...¿Por qué?, ¿Por qué?...
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(...)
La tarde prometía ser tranquila para el omega ojiazul, el cual tras varios días sin tener a su joven y acosador alfa a la vista, este suspiraba tranquilo y muy sonriente.
Su hermana había salido a hacer unos recados como muchas veces hacía, así que estaba nuevamente solo al frente de la cafetería.
En un momento en el que sus últimos clientes se habían ido, Louis vio que un serio y adinerado alfa entraba en el local y tras mirar todo de arriba a abajo con el ceño fruncido, se sentaba en una de las mesas.
Rápidamente, este se acercó para atenderle.
-Bienvenido señor, ¿Qué desea tomar?
El alfa entonces lo miró fijamente.
-Un café late.
-Ahora mismo, señor.
Tras unos minutos, este regresó con el pedido y se lo sirvió.
-Que lo disfrute, señor...si desea algo más no dude en decírmelo, gracias-dijo antes de volver a girarse para regresar a la barra.
Este ni siquiera pudo dar un paso pues el serio alfa le habló.
-Espera un momento muchacho, tú y yo tenemos que hablar un asunto.
El omega ojiazul lo miró con extrañeza y a continuación asintió conforme.
-Muy bien, usted dirá.
Des resopló con molestia.
-Siéntate muchacho...ya no creo que hoy vengan más clientes aquí, así que podremos hablar tranquilamente.
Este había dicho eso pues su beta de confianza, se encontraba en las aproximaciones de la cafetería para así impedir el paso de ningún entrometido ser.
-Está bien-dijo Louis sentándose algo extrañado, de que un alfa como ese tuviese algo que hablar con él-...dígame de que se trata.
-En primer lugar me presentaré...soy Des Styles y soy el padre de Harry.
Tras escuchar eso, la media sonrisa del omega se borró de inmediato.
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-Estoy aquí por mi hijo- continuó el alfa-... al parecer tu eres su omega pero por alguna extraña razón él esta muriéndose de la pena y el dolor en mi casa y tú estás aquí de lo más tranquilo.
-Señor, yo ya le dije a su hijo que no siento nada de lo que dice y no sé porqué razón el insiste en que yo soy su destinado...lo siento pero no puedo hacer nada para ayudarle.
El empresario soltó un gruñido y dio un golpe en la mesa.
-¡Si que puedes, maldita sea!, ¡Cumple con tu cometido y sé el omega de mi hijo!-le gritó furioso.
Louis negó.
-Ya se lo dije a él y se lo repetiré a usted...yo no lo amo, yo no soy su omega ni lo seré.
Tras escuchar eso, el alfa sacó entonces un sobre de su bolsillo y se lo entregó.
Al verlo el omega negó con la cabeza.
-Ni se moleste con sobornos, yo no estoy en venta.
El alfa nuevamente resopló.
-Mira en su interior.
El omega obedeció y tras abrir el sobre, este sacó un papel en el que ponía en letras grandes y negritas: «CONTRATO DE ARRENDAMIENTO»
El ojiazul miró a Des con preocupación.
-Como verás, ese es el contrato de alquiler que tu hermana firmó para obtener este bonito lugar...bien, por si no lo has deducido ya, yo soy el propietario, así que haremos un trato.
-¿Qué quiere?-preguntó el omega muy apenado.
El empresario sonrió con sorna.
-Yo dejaré que este bonito lugar abierto para que sigáis atendiendo a sus clientes, si aceptas casarte con mi hijo en dos días.
Louis lo miró con asombro.
-¿Ca-Casarme?, ¿Acaso ha perdido la cabeza?.
-Muy bien-dijo este cogiendo el documento dispuesto a romperlo-...entonces tu querida hermana se quedará sin su bonita cafetería.
Tras dudar por unos segundos, el omega lo detuvo.
-Espere...Está bien déjeme pensarlo.
-No, debes aceptar ahora o nada.
El omega suspiró con pesar.
-Antes debo hablarlo con ella, por favor déjeme de tiempo hasta mañana.
Des metió el documento en el sobre, se lo guardó de nuevo en el bolsillo y acto seguido sacó un billete de su cartera.
-Por el café-dijo este levantándose de la silla-... tienes hasta mañana a mediodía, nada más.
Luego de irse el alfa, Louis cerró la puerta principal y corrió al callejón trasero, donde se sentó en uno de los banco y se echó a llorar desconsoladamente.
-Si me caso con ese tipo seré un desgraciado toda mi vida pero si no me caso, mi hermana perderá este lugar que tanto ama, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué demonios voy a hacer ahora?.
