Una medida desesperada, esa será un acta matrimonial que unirá a Harry Styles y Louis Tomlinson, unos seres de caracteres y vidas totalmente diferentes, que aprenderán a entenderse y amarse.
¿Será su vida en común un total infierno o hallarán el cie...
Zayn estaba totalmente perdido, ya que en primer lugar, había sido su amigo Harry, él que había comenzado a faltar a clase desde hacía días pero últimamente, lo mismo estaba pasando con Liam.
Este lo había buscado por cada rincón de la Universidad, tampoco contestaba a sus llamadas ni mensajes y ni siquiera lo veía salir a su balcón para mirar al cielo, como tantas veces hacía.
Tenía la ligera sospecha de que este estaba retenido en su casa y estuvo en lo cierto pues cuando decidió ir y llamar a la puerta, el padre de este no le dejó verlo.
...-Por favor señor, quiero ver como se encuentra, me preocupa mucho.
-Lo siento hijo pero el médico ha dicho que lo que tiene es muy contagioso y no puedo dejarte pasar-mintió Pen.
-Pero al menos dígale que me llame, que conteste a mis mensajes.
-Lo siento mucho pero tiene que permanecer en aislamiento total pero tranquilo le diré que has venido.
Desde su habitación, Liam escuchaba todo y muy triste cerraba la puerta y volvía a sentarse en la cama, rompiendo a llorar una vez más.
-¿Qué puedo hacer?, yo no quiero irme...no quiero separarme de Zayn, lo amo.
De repente, se le ocurrió que podía mandar un mensaje al joven alfa, así que rápidamente se levantó y tras coger un papel en su escritorio, escribió unas líneas e hizo un avión.
Sin demora caminó hacia la puerta de su habitación nuevamente y comprobó que su padre ya no estaba en la puerta principal, así que corrió a su ventana, la cual durante día había estado intentando abrirla y apenas había conseguido un poco, ya que su padre la había bloqueado.
Este tiró el avión y cayó lejos de donde el morocho se había parado e impotente, temía que este regresase a casa sin verlo.
-Mierda, ¿qué puedo hacer para que lo vea?... piensa Li, piensa-se dijo a sí mismo-...ah ya sé.
Apurado, cogió una de sus guitarras, que su progenitor por suerte no le había quitado, se acercó a la ventana y comenzó a tocar como si la vida le fuese en ello.
El joven alfa ya sé encaminaba a su casa pero entonces escuchó la música.
-Es la canción, Little Things...es la canción que Liam y yo tocamos ese día-dijo sonriendo.
Rápidamente, este dio un paso atrás y miró hacía la ventana de la habitación del omega y entonces lo vio.
Tras detenerse, este le hizo un gesto de silencio con el dedo en la boca y con la otra mano le señaló el mensaje.
El joven alfa asintió y sin esperar más, en silencio y tras comprobar que su vecino no estaba mirando, se acercó al avioncito y lo recogió.
Liam suspiró aliviado en cuanto este se lo guardó en el bolsillo y entró en su casa para no ser visto.
Zayn entonces lo desdobló y pudo leerlo.
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El joven alfa sonrió.
-Yo también te amo y ésta noche nos iremos juntos.
Luego de eso, Zayn subió a su habitación, cogió un bolso de deporte y metió algo de ropa, sus objetos de aseo y su pasaporte pues quería tenerlo todo listo para su espada nocturna.
Mientras en la casa de al lado, durante las horas, muy despacio y con paciencia, el omega fue consiguiendo su propósito de abrir la ventana hasta hacerse un hueco y poder salir.
Cuando ya pudo hacerlo, este que ya tenía su mochila preparada, entonces cogió sus sábanas y otras prendas de ropa de su armario he hizo una especie de cuerda para poder descender hasta el suelo.
Pacientemente esperó a que su padre se durmiese y tras la media noche, salió por su ventana y descendió con cuidado por la improvisada liana.
Aliviado de no romperse nada, este sonrió feliz y corrió libre hasta el jardín de su vecino, donde algo intranquilo lo buscó.
...-Hola, precioso-escuchó susurrar tras el árbol a su izquierda-...creí que ya no vendrías.
Sonriendo feliz este corrió hasta el alfa y entonces se besaron con pasión.
-Te amo, te amo, Zayn.
-Yo también te amo, Liam.
Luego de eso, asintieron mutuamente y tras cogerse de la mano, corrieron todo lo aprisa que pudieron sin mirar atrás.
Cuando llegaron a la calle colindante, el alfa le señaló su coche, el cual había dejado aparcado previamente y así poder huir más rápido y sin alertar a ninguno de sus progenitores.