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Pov. Wilbur.
Caminar por lugares despejados y tranquilos es la mejor manera para despejarte de la mente, o bueno, solo para algunos le sirve.
Estaba recargado sobre un tronco, intentando reflexionar mientras veía desde muy lejos como chicos entrenaban, como volaban a grandes alturas mientras intentaban atrapar al objetivo.
Desde muy lejos se veía muy relajante ver cómo volaban de un lado a otro, mis dedos no paraban de jugar ligeramente con mi corbata, me levanté lentamente para después entrar a los pasillos de Hogwarts.
Ya estando adentro, caminaba con mis manos dentro de mis bolsillos del pantalón, sin poner demasiada atención a lo que hacían las personas a mi alrededor; pensando en como me sentía con lo dicho de Sam el día antepasado, aún que me dolieran tenía que respetar su decisión.
No puedes obligar a alguien a amarte, en ese día aún que aclarado la situación, me sentía triste, así que casi toda esa tarde me la pasé con una sonrisa cansada.
La única persona qué se dio cuánta se la paso todo el resto del día conmigo sin quitar el de ayer, me sentía feliz que se preocupara por mí, intentando animarme y decirme que todo estará bien y que un día llegará una chica indicada. Era como si tuviera un aura que con tan solo estar cerca tus problemas se iban, sabía cómo hacer sentir cómoda a una persona, aún que no fuera aveces muy razonable siempre sabía cómo sacarle una sonrisa a todos.
Mientras divagaba en mis pensamientos, me di cuánta que ya estaba en mi habitación, mire a todos lo lados del cuarto viendo como todo estaba ordenado. Me senté en un esquina de la cama sin saber que hacer, esperando que pasaran los minutos para que sea la siguiente clase. Mi mirada se encontró en donde había puesto mi guitarra.
Para que seguir practicando una canción que después de todo no se la podrás dedicar a nadie.
Hasta que escuche que tocaron la puerta, la mire confundido no esperaba a nadie, me acerque para abrirla tranquilamente.
La sorpresa fue ver a ____ parada enfrente de mi puerta, por lo que se no se permite a nadie que no sea de la casa entrar a las habitación, la mire desde abajo.
Tenía una sonrisa, lo normal, mire por los lado para ver qué nadie la vea aquí y nadie estaba por el pasillo de los cuartos de hombres, o bueno eso pienso yo.
La agarre del brazo para meterla a mi cuarto.
— como...como te dejaron entra?— la mire muy confundida y un poco histérico.
—bueno... Le pedí a algunos chicos que conozco que si me dejaban entrar— se sentó en mi cama— y pues me dejaron entra y luego busque en donde estaba tu habitación— en verdad no esperaba esa respuesta, pero por qué me vendría a buscar me?.
—pero porque... Por qué está aquí?
—por que no lo estaría?— sentí como me miraba con pena— no me gusta ver a una persona triste, menos a alguien cercano— se sentó alado de mi.
