Después De Los Secretos

Sobre Bruce y la familia Jordan

Bruce esta preocupado. Lo cual no es nada extraordinario o sorprendente. Es un superhéroe muy humano que vive en la ciudad con la tasa criminalidad mas alta del mundo junto a sus hijos que le acompañan en su cruzada contra el crimen, por lo que la preocupación es un estado permanente en el.  

Ni siquiera es algo extraño estar preocupado por Hal, desde que conoció al linterna y descubrió su costumbre por lanzarse de cabeza al peligro... incluso solo como un colega del trabajo una parte de el siempre estaba un poco preocupada. 

Pero ciertamente jamás había imaginado que la familia del linterna seria algo por lo que estar preocupado. Desde la visita de Jack Jordan el linterna ha estado nervioso, inquieto y visiblemente frustrado, el hecho de que Gabriel y Tim no le digan de que demonios hablaron con Jack tampoco ayuda y las incesantes llamadas que ha estado recibiendo e ignorando tampoco son una buena señal.

Hal entra en su despacho sin llamar a la puerta y se deja caer como si se derrumbase en una de las sillas frente al escritorio. El deja de mirar el papeleo que en el que estaba intentando inútilmente concentrarse para mirar al piloto a pesar de que ambos se mantienen en silencio. 

Jordan tiene la mirada fija en el techo cuando empieza ha hablar. 

-Jack tenia catorce años cuando mi padre murió. Veinte cuando yo me uní al cuerpo para ser piloto. En esos seis años ambos compartimos casa, compartimos a una madre adicta y un hermano pequeño al que proteger. No éramos los mejores amigos, siempre fuimos demasiado diferentes y tuvimos formas demasiado distintas de ver el mundo, pero nos tolerábamos por el bien común. Cuando me fui de casa me convertí para Jack en el peor traidor que podría existir de aquí a Oa. A su modo de ver estaba abandonándoles. Estaba abandonándole a el y a Jim y sobre todo, a nuestra madre. Y no solo les estaba dejando solos sino que además lo hacia para convertirme en piloto como mi padre.  

Hal suspira y cierra los ojos, hay en su rostro un cansancio que Bruce lamenta que se este volviendo habitual desde hace un tiempo en su rostro. El multimillonario se levanta de su asiento para sentarse en la silla de al lado de su acompañante sin el largo y amplio escritorio entre ellos mientras Hal sigue hablando. 

-Puede que Jim estuviera enfadado conmigo, pero no fue nada que no se pudiera arreglar. Después de todo el también se fue. Fue a la universidad conoció a una hermosa y maravillosa mujer con la que se caso y tuvo tres hijos, tiene un trabajo estable y un monovolumen. Jack se quedo con nuestra madre. Estoy sorprendido e impresionado de que ella no consiguiera engancharle a nada. Jack me odia. El fue el que se quedo, yo el que me fui. 

-Hiciste tu propia vida, no puedes culparte por eso. 

-Lo sé. No me arrepiento de haberme marchado. Solo me he estado preguntando que podría querer Jack después de tantos años y que puede haberle dicho a mi hijo. 

-Jack parecía enojado cuando fuiste tras el, sea lo que sea lo que le dijo Gabriel no debió reaccionar como el esperaba y si fuera algo grave Tim también habría intervenido. - Hal sonríe un poco cuando el termina de hablar y por fin le mira. 

-Tim es un buen chico y es mucho mas inteligente que yo así que confío en su juicio, pero eso no hará que deje de preocuparme. 

Es impresionante como Jessica y Jack son capaces de meterse bajo la piel del piloto. Si Bruce tan solo pudiera despojarlo de lo que sea que lo mantiene tan aferrado a la idea de que pueden hacer algo que Haga que Gabe le odie... 

- No tengo hermanos, pero Jack no suena como uno bueno. 

-Ya, si, no lo fue. Era el típico abusón de clase. Pero también era el niño de mama por lo que cuando papa murió y ella empezó a derrumbarse ella se convirtió en lo mas importante en su vida. Jim y yo apenas existimos durante prácticamente el primer año después de la muerte de papa.  Fue un momento duro para todos que solo convirtió a Jack en un capullo mas grande de lo que ya era. 

Y así, Hal empieza a contar historias, historias que parecen pertenecer a otra vida, a otro tiempo, a otras personas, pero que llenan el frio despacho y hacen que los papeles, lso contratos e informes que esperan a que Bruce trabaje hoy se queden a la espera en favor de escuchar todo lo que el hombre a su lado quiera contarle.