¨̮ 🏷 아홉

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Había pasado exactamente dos días desde que Yangyang tuvo la conversación con Jeno, en la cual ambos se abrieron a sus pasados y se conocieron. Tanto Yifa como Yixing, regresaron la misma noche donde Yangyang se atrevido a contarle cosas que nunca había confiado ni a sus hermanos; la situación aún le parecía irreal; eso sin contar que quizás Kun tenía razón, él estaba empezando a tener sentimientos más allá del mismo deseo y pasión; él ahora no se podía permitir algo como aquello, ya tuvo experiencia enamorándose de alguien que se encontraba en negación en cuanto a su sexualidad, tropezar dos veces con la misma piedra no era una opción.

— Entonces otra vez se marchan —Dijo con pesar Yangyang. — No es divertido si no están ustedes.

— Vamos enano, tenemos que trabajar — Yixing estaba acariciando los mechones de cabello de su hermano menor mientras estaba sentado a su costado en la cama del mismo.

— Es cierto, te llevaríamos, pero papá no te dejará, aún está asustado con todo el asunto de tus secuestros. — habló Kris

— No quiero hablar de él — dijo con una mueca Yangyang — esto se vuelve aburrido, ni siquiera tengo amigos en esta ciudad, por favor llévenme con ustedes.  — Quizás llame a Giselle para que salgan y pueda tener algo de diversión, pensó Yangyang.

— Enano lo haríamos, pero papá no quiere, y yo no quiero que sigan surgiendo peleas entre ustedes, tratemos de estar en paz, por favor hermanito. — Dijo Yixing.

Yangyang sabía que era difícil convencer a sus hermanos de llevarlo al viaje de negocios a Tailandia, y sabía que su papá tampoco cedería ante este capricho.















— Que mierda haces — Yangyang estaba asustado, porque Jeno estaba parado al pie de su cama mirándolo intensamente, sin decir palabra alguna. — Casi me matas del susto — el menor al despertarse y ver a alguien observándolo como un psicópata era aterrador.

Jeno no dijo nada por el contrario solo camino hasta ponerse a la altura del menor, se agachó y susurró en su oído — te deseo.

Su voz era ronca y sexy, que Yangyang sintió su piel vibrar y a su corazón latiendo como loco que sentía que en cualquier momento se saldría de su pecho, a pesar de sentir la respiración pesada de Jeno en su cuello, porque ahora dejaba besos en él, el menor trató de hablar — no... vete.

— En serio quieres que lo haga — Jeno se colocó encima del contrario con las piernas a cada lado mirándolo directamente a los ojos.

— Por favor, vete, o te diste cuenta que eres gay — dijo
Yangyang sabiendo que al contrario eso lo molestaba.

— No lo soy; pero llevo queriéndote joder hace muchos días — sin más atacó los labios de Yangyang fue un beso donde llevaba los sellos de la pasión y el deseo contenido; algo que ambos anhelaban, pero se negaban a disfrutar, el beso que se estaban dando era la viva representación de lo prohibido, pero lo volvía más frenético y fuerte que cualquier otro amante que alguna vez hubieran tenido.

Yangyang no podía creer que ahora otra vez estaba dejando que el mayor tome todo de él; aunque desde que llegaron a Hong Kong esto se volvió más tolerable, el hecho de no tener a Jeno tan cerca, ayudó bastante; sin embargo, sabía que la tensión sexual seguía ahí.

El guardaespaldas se dio cuenta que Yangyang estaba entregándose a la pasión y deseo carnal, su cuerpo el cual había anhelado cada noche, ahora sería nuevamente suyo, tomar la decisión de ir ahí y hacer lo que sentía no fue nada fácil; pero hablar con Taeyong y beber un poco de alcohol lo ayudó a tomar la decisión; aunque ahora esté sintiéndose una puta mierda total por la culpa que lleva dentro.

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