Intento comprenderlo pero cada día me sorprende con una nueva cosa. ¿Será eso lo que me enganchado a él?
No hay nada más pacífico que la cama el fin de semana...
Hoy es otra mañana soleada, después de abrir los ojos, estire mis músculos antes de despertarme por completo y luego me senté arrimándome contra el respaldar de mi cama, mientras me restregaba los ojos.
— ¿Jaejoong? —dijo alguien desde el rincón. La voz sonaba lejana.
Mi corazón se sobresaltó al girar mi rostro de un lado al otro buscando quien había dicho mi nombre de esa forma tan escalofriante.
— ¿Quién está ahí? —pregunte al vacío. Mi voz sonó como si hubiera bebido alcohol, era áspera, ronca.
— ¿Qué me hiciste, Jaejoong? — respondió a lo lejos la voz —. Te voy a golpear, tan pronto pueda.
Me sobresalté.
Me incorporé rápidamente y me froté con las manos la cabeza. Estaba volviéndome loco, era la única forma para estar escuchando voces en mi habitación.
— ¡Jaejoong!
La ventana de mi habitación se abrió de golpeé y guié mi vista hacia el rincón desde el que provenía la voz.
Mi corazón comenzó a golpear dentro de mi pecho a toda prisa, mi sangre bombeaba dentro de mis venas y sentía un sudor frió recorriendo mi frente y mi espalda.
El calor empezaba asfixiarme. Mi cuarto de pronto se sentía cargado de una energía tan fuerte que no podía describir, pero que me erizaba la piel. Me estremecí de miedo, pero como era demasiado orgulloso para reconocerlo, con toda la calma que me quedaba me acerque a la ventana para cerrarla. Estaba tratando de encontrarle sentido a lo que estaba pasando, pero tan pronto como la caja de clips que estaban en mi escritorio fue lanzado contra la pared; sabía que esto no era normal.
¿Había un fantasma en mi habitación?
Sin embargo, no tuve mucho tiempo de pensar el mi monitor de mi ordenador se encendió de repente, dos segundos después el mouse de computadora comenzó a moverse de derecha a izquierda haciendo un estruendoso ruido, y la pantalla gano brillo al instante.
Me acerque sigilosamente y sentí a mis espaldas un frío helado que me congelo mi espalda, mis ojos se abrieron cuando leí la pantalla de mi computador.
«Voy a matarte, Jaejoong»
Me quedé quieto, inmóvil con los ojos clavados en la pantalla. Describir el miedo y la angustia que sentía era imposible. Sentía como si la presión se me hubiera bajando a tal punto que mi cuerpo comenzó a temblar.
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Tenías que ser tú⇝( Almas perdidas)
FanfictionHistoria propia © La familia Kim y la familia Jung han estado enfrentadas desde hace varias generaciones atrás, sin embargo esa rivalidad se ha ido apagando con el pasar de los años. No es así para Kim Jaejoong y Jung Yunho quienes mantienen es...