Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cuando dices mi nombre siento una descarga en mí ser... ¿Por qué?
Habíamos dejado aquel lugar hace como unos diez minutos.
El incómodo silencio entre nosotros había regresado. Jaejoong caminaba detrás de mí como un perrito regañado, sé que es una pésima comparación, pero se sentía de esa manera.
Había estado frustrado hace un rato por todo lo que la vidente había dicho, pero mi intención no era lastimarlo, aunque estaba seguro que mis ojos expresivos habían sido lo suficiente para hacerle ver el rechazo que sentía en ese momento.
—No vas hablarme otra vez.
Mi voz salió lo suficientemente alto para que el me escuchara, me gire para ver su cara, pero Jaejoong siguió caminando sin detenerse, parecía perdido en sus pensamientos incluso cuando traspaso mi cuerpo siguió de largo sin prestarme atención.
—Jaejoong ¿Qué diablos?
El comenzó a correr por la calle principal y no se detuvo aun cuando seguía gritando su nombre.
Estaba tan furioso que ya no quería dirigirme ni la palabra.
Lo seguí de cerca, pero el pequeño mastodonte corría tan rápido que no pude alcanzarlo, sin embargo, sabía exactamente a donde se dirigía.
Observe claramente como entro a su casa y dejo la puerta abierta de par en par, me pare en el marco de la puerta de la entrada principal intentando respirar por la nariz para recuperar el aliento;
Jaejoong subió las gradas al segundo piso de dos en dos y me pregunte cuanta energía podía tener un adolescente de diecisiete años y porque yo parecía un abuelo de setenta años que no podía ni correr.
—Jaejoong tienes que cerrar la puerta ¿Qué pasa si un ladrón entra?
Espere alguna respuesta, pero nada. Al menos un grito, es mejor que ser ignorado.
Extrañado por el ruido del piso de arriba subí las escaleras y me pare en el marco de la puerta, solo para ver como Jaejoong estaba haciendo un destrozo en su habitación.
¿Está tan enojado? Tiene que comportarse como un crió inmaduro y hacer una rabieta para llamar la atención.
—Lo siento. —grite por encima del ruido. — Tienes que hacer tremendo destrozo, solo porque estás enojado. Te comportas como un niño malcriado.
Jaejoong se detuvo abruptamente y por un momento pensé que iba a gritarme, pero fui ignorado una vez más, se agacho y miro debajo de la cama, rodeo la cama y levanto el tapete.