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Narra Alhena
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz. A pesar de que he tenido que revivir los peores años de mi vida. Pero realmente no me arrepiento de habérselo contado, siento que me he quitado un gran peso de encima.
Ahora mismo estamos escuchando a mi abuela, que nos estaba explicando cómo íbamos a entrenar. Justo cuando estaba terminando su explicación me entraron ganas de ir al baño así que me levanté de la silla y caminé hacia la puerta.
-¿A donde vas cielo?- me preguntó mi abuela.
-Voy al baño, ahora vuelvo.
Subí al baño de mi habitación. Cuando terminé de hacer mis necesidades me la ve las manos y al subir la vista me miré en el espejo.
Al mirarme a los ojos pude volver a ver todas esa veces que mi padre, mi hermana y mis compañeros me habían insultado, menospreciado, amenazado e, incluso, golpeado.
El revivir todos esos momentos hizo que mi respiración se entrecortada y lágrimas amenazaron por salir de mis ojos. Lentamente fui deslizando mi espalda por la puerta. Cada vez me costaba más respirar. Recordé el método que utilizaba para calmarme en estas situaciones, así que empezé a contar.
1...
2...
3...
4...
5...
6...
7...
Al llegar al siete mi respiración volvió a ser la habitual y las lágrimas dejaron de salir. Lentamente me levanté y me lave la cara para dar el último vistazo a mi reflejo y salir del baño.
Cuando llegue a bajo vi que todos estaban entrenando en el jardín. Acapella, Adelantar, Rebobinar y Spaghetti estaba luchando con unos hologramas. Cambiacaras, Cámara Lenta y Guppy estaban haciendo una especie de carrera de obstáculos. Ojo y Ruedas estaban observando todo. Y Comodín estaba esperándome al lado de una cuerda atada a dos árboles para luchar en ella. Me acerqué a él.
-¿Por qué tienes los ojos rojos?
-Eh, me ha entrado algo en el ojo y se me ha irritado.
Él tenía cara de no creerme pero parece que decidió no preguntarme más. Me hizo una seña para que me subiera a la cuerda y empezáramos a pelear.
Obviamente gane yo, pero me dolía la cabeza por haber llorado. Bajamos de la cuerda e instantáneamente me sente en el suelo mientras ponía una expresión de dolor.
-Hey, ¿Que pasa?- dijo diemtras se sentaba a mi lado y ponía una expresión preocupada.
-No me pasa nada, solo estoy algo cansada- dije no muy convencida de mi excusa.
Me sabía mal ocultarselo, pero si se lo decía se podría distraer y no estar pendiente de la misión.
-Oye, sé que no estás bien.- me dijo- Desde que has subido arriba estás rara. Algo pasa, no olvides que aparte de tu novio soy tu mejor amigo.
-Tranquilo,- contesté- solo estoy cansada como te dije antes.
-Tranquila, vamos a salvar a nuestros padre y podrás dormir más que nunca.
-Claro.- dije con una tímida sonrisa.
-Pero sé que eso no es lo que hace que estés decaída.- susurró en mi oída para luego levantarse.
-¡Chicos! ¡Dejen de coquetear y vámonos!- nos gritó Acapella- ¡Están los de la base de los héroicos!
Corrimos hacia un túnel que estaba en el jardín de mi abuela. Después de una calurosa despedida nos metimos en el túnel.