CAPÍTULO 1

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Mía miró con impaciencia el reloj en su habitación de color púrpura brillante, esperando ansiosamente que fueran las 8 am, que era la hora previamente permitida para despertar a su madre. Miró alrededor de su habitación hacia las fotos en sus paredes de diferentes cantantes, actrices y bailarinas famosas que idolatraba. Echó un vistazo a la foto familiar, tomada hace dos años, de ella y de sus madres, Valentina y Juliana, en la granja de calabazas. Juliana estaba sentada sobre una calabaza gigantesca, Valentina en su regazo y Mía en el regazo de la castaña. Mía sostenía una mini calabaza sobre su cabeza, casi como si se la estuviera presentando al mundo, mientras Juliana y Valentina la miraban con grandes sonrisas en sus rostros.

—Ese día fue súper divertido. — Mía recordó con una sonrisa, antes de encender el estéreo de su iPad y escuchar su canción favorita, Let It Go. Cantó lo más alto posible mientras se recostaba sobre su almohada con funda de satén negro. Bailaba lo mejor que podía estando acostada, balanceando los brazos y los pies, cuando sonó la alarma. Se sentó rápidamente y apagó el iPad antes de saltar de la cama y correr hacia el espejo de piso.

—Soy bonita, inteligente, talentosa y el mundo es mío—. Se miró con confianza en el espejo. —Nada ni nadie puede detener las metas que tengo para mí, siempre y cuando me mantenga enfocada y con los ojos en el premio. — Se sacudió. Luego se pasó los dedos por su largo cabello oscuro y se guiñó un ojo antes de salir corriendo de la habitación y cruzar el pasillo hasta el dormitorio principal.

Lentamente abrió la puerta y se asomó al interior con una gran sonrisa. Se subió a la enorme cama y se acurrucó cerca de Valentina, que estaba profundamente dormida boca arriba. Valentina sintió el cálido cuerpo de su hija junto al de ella, así que se dio la vuelta y comenzó a hacerle cosquillas.

—¡Mami! —Mía gritó, mientras se reía. —¡Mami, espera!

Valentina se echó a reír y se puso de costado. —Buenas días, mi amor.

—Buenas días. — Mía le contestó.

Valentina se inclinó hacia adelante y la besó suavemente en la frente, mientras Mía se metía debajo de las sábanas y se acurrucaba cerca de su madre.

—¿Cómo dormiste, cariño?

—Bien. — Mía se encogió de hombros. —¿Cómo has dormido? —Valentina se rió.

—Dormí muy bien, hasta que escuché un fuerte chillido proveniente de tu habitación, pensé que algo te estaba atacando y me preocupé. — dijo Valentina. Los ojos de Mía se agrandaron.

—¿Q-qué era?

—Sonaba como un gato enfermo cantando Let It Go. — Bromeó Valentina con una sonrisa.

Mía, sorprendida, le dirigió rápidamente una mirada fulminante, mientras tocaba a su madre en la frente. —No es divertido.

—Te estás volviendo tan buena, hija. — Valentina le dijo. —Tus lecciones de canto están dando sus frutos. Estoy orgullosa de ti.

—Gracias. —Mía agachó la cabeza tímidamente, mientras sus mejillas se teñían de rojo. Mía era la viva imagen de Valentina, excepto por su oscuro cabello. Valentina la concibió y el primo mayor de Juliana, Simón, fue el donante de esperma, por lo que Mía heredó el color de ojos azul penetrante de la familia Carvajal y el color de cabello de los Valdés.

—De nada. —Valentina se estiró y miró el reloj detrás de ella. —Entonces, hoy es nuestro último día juntas, ¿qué haremos? Tú estás a cargo.

Mía se tocó la barbilla, sumida en sus pensamientos, lo que hizo que Valentina se riera. Rasgo típico de Juliana, pensó para sí misma.

ABOUT LAST NIGHT - JULIANTINA (Transcripción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora