ABOUT LAST NIGHT - JULIANTINA (Transcripción)

CAPÍTULO 4

Valentina se apartó de Juliana mientras jadeaba para recuperar el aliento.

—Juliana...

Juliana dejó un rastro de besos por el cuello de Valentina, antes de girar la cabeza de su ex esposa para besarla de nuevo.

—¿Qué acabamos de hacer? —Murmuró contra los labios de Valentina, mientras frotaba su espalda y la acercaba más.

—No hables, solo bésame. — Valentina respondió, mientras tiraba de Juliana encima de ella.

—Te he extrañado, bebé. —Juliana gimió cuando Valentina la abrazó con fuerza antes de arrastrar sus manos hacia el trasero de Juliana y descansarlas allí.

—Valentina... Valentina... Valentina, ¿me estás escuchando? —Juliana preguntó, mientras agitaba su mano en el rostro de la castaña con el ceño fruncido.

Valentina parpadeó y negó con la cabeza, saliendo de su ensueño.

—Sí, estoy de acuerdo con todo lo que dijiste. Tenemos que hablar con Mía sobre mentir.

—¿Con qué estabas soñando? —Juliana preguntó, mientras tomaba un sorbo de agua.

Valentina evitó la pregunta.

—Acerca del trabajo.

—Claro. —Juliana se mantuvo inexpresiva. —Nunca vas a cambiar.

—Vete a la mierda. —Valentina espetó antes de cerrar los ojos y respirar profundamente. —Juliana, no quiero discutir. Quiero que terminemos una conversación sin recriminarnos la una a la otra. Por favor. —Añadió mientras abría los ojos.

—Lo siento. —Juliana asintió. —Entonces, ¿cómo quieres que nos acerquemos a Mía?

Valentina metió el tenedor en la ensalada con fuerza para recoger algunos trozos de lechuga.

—Creo que realmente tenemos que hablar con ella sobre el divorcio. Ha estado diciendo que quiere que volvamos a estar juntas últimamente y se ha vuelto más insistente al respecto. Era muy pequeña cuando nos separamos, y creo que ahora realmente comprende la separación...

—¿Cómo lo abordamos? —Juliana preguntó, mientras tomaba un cuchillo y cortaba su salmón por la mitad y lo deslizaba hacia el plato de Valentina. —Te veo mirándolo. — Se rió cuando Valentina la miró fijamente. Luego alcanzó el plato de Valentina y tomó un poco de sus ravioles de langosta.

Valentina tomó un sorbo de agua.

—¿Quién dijo que estábamos compartiendo? — Ella rió.

—Tu estómago. — Juliana sonrió. —Solo puedes manejar cinco ravioles, pero siempre pides una ración doble. Supongo que vas a trabajar hasta muy tarde esta noche, ya que vas a salir del hospital para venir después de que traiga a Mía de la escuela, así que come el salmón.

—¿Te importa si como? —Preguntó Valentina, mientras comía un bocado de salmón.

—Sí, nuestra hija te necesita. —Juliana se encogió de hombros.

—Ah...

—Y te necesito. — Juliana susurró suavemente. —Te necesito viva, sana y feliz.

El corazón de Valentina se aceleró cuando miró a los ojos a Juliana, se perdió en ese par de avellanas que amaba desde que los vio por primera vez.

—Te necesito viva, sana y feliz también. — Respondió Valentina. —¿Eres feliz?

Juliana se aclaró la garganta y comió un bocado de ravioles.