El OTP de Caos

Ya no importa

Después de la repentina huida de Tweek, Craig no pudo y no quiso continuar reparando la bicicleta que tenía frente a él, por lo que se puso de pie dejando las herramientas en su lugar y sin decir una sola palabra a sus padres que lo veían preocupados, se dirigió a su habitación. Una vez allí, se sentó en su cama, dejó caer su cabeza sobre la mullida almohada, entrelazó sus manos sobre su estómago y con su mirada perdida en las estrellas brillantes en su techo, su mueca mostró toda la preocupación y tristeza en su mente preguntándose si tal vez habría arruinado la única oportunidad de hacer las paces con Tweek.
Antes de poder pensar más en ello, escuchó a su padre tocar la puerta antes de pasar. Su mente seguía perdida, pero escuchó todo lo que su padre dijo con atención

—Hijo, escúchame… no puedes evitar ser gay. Yo pensé que ser gay era una elección, pero tú no decides. Los japoneses son los que eligen y se acabó el cuento. No entiendo esas cosas. Ni siquiera sabía que habían violado a Don King— dijo lo último haciendo énfasis en su sentir. Craig se sentía aún más decaído cuestionándose si había perdido el control de su vida por completo mientras seguía sintiendo que había decepcionado a su padre, haciendo que le fuera imposible no desviar su mirada. Después de una pausa, su padre continuó —Pero sé que si intentas resistirte… te sentirás amargado toda la vida. Todos estaban orgullosos de ti, pero yo fuí un egoísta. Yo también quiero estar orgulloso, sin importar que tengas otros gustos no quiero que lo sigas reprimiendo porque te quiero hijo…— y antes de irse le dió 100 dólares.

Craig cerró los ojos dejando escurrir una pequeña lágrima por su rostro. Ya no había vuelta atrás. Tal vez luego pensaría en todo lo demás, pero en ese momento tomó impulso y bajó al comedor sorprendiendo a sus padres con su actitud, y sin pedir permiso ni dar aviso de lo que haría, abrazó a su padre con fuerza mientras lloraba por la mezcla de tristeza, alivio y alegría en su pecho quebrándose en llanto por primera vez en años frente a su familia, incluso frente a su hermana menor que estaba viendo la televisión. Sin embargo, eso no le importó porque de igual manera, por primera vez en años sintió que tenía un hogar que lo protegiera de las tormentas de su corazón.

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Al día siguiente por la mañana, Tweek, Clyde, Jimmy y Token llegaron sin avisar a la residencia Tucker siendo recibidos por Thomas Tucker. Tweek tenía miedo de que la mirada del adulto mostrara más odio hacia él que el día anterior, pero quedó confundido al ver qué ésta vez parecía mirar con más atención y advertencia a los demás mientras que a él le dirigía una mirada relajada ¿Acaso estaba alucinando? De ser así, el hecho de que también le revolviera un poco el cabello con una sonrisa al pasar a su lado habría sido una muy mala broma por parte de su mente así que sólo saludó con cortesía y alcanzó a los demás al piso de arriba. En ese momento, por la mente de Thomas pasaba la idea de que si su hijo tendría un novio, Tweek sería el indicado por lo que miró con un poco de recelo a los demás.
Una vez en el cuarto de Craig actuaron con normalidad y lo invitaron a pasar el día con ellos, lo cual Craig aceptó gustoso.

Craig bajó las escaleras una vez vestido con unos jeans obscuros y una sudadera azul marina con mangas amarillas y el dibujo de un pequeño planeta en el pecho. Laura Tucker los invitó a almorzar antes de irse y los vió actuar como si las últimas semanas no hubieran pasado. Una vez fuera de la casa, los chicos subieron a la limosina de los Black para ser llevados al planetario que tristemente estaba cerrado con un aviso en la puerta en donde se leía lo siguiente:

Estimados visitantes del planetarios, debido a los preparativos necesarios el planetario se encuentra cerrado, pero no se pierda nuestra función nocturna de lásers "Súper Nova" a las 7 en punto el cuál será completamente gratuito. Agradecemos su comprensión.
Atte: Dr. Adams