Los Torneos de Caos

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24 de diciembre…

La repentina desaparición de Cartman y el último mensaje recibido por La ESCORT el día anterior, despertaron varias dudas y preocupaciones sobre la misión a la que se enfrentarían en algunas horas y que, bajo la creencia de que el Conejo Blanco era Conner, había cambiado su objetivo principal de reconocimiento por el objetivo de rescate y extracción de aliados, teniendo como objetivo secundario la captura y confinamiento de Mitch.
Tanto Clyde, Jimmy y Craig como Token, Timmy, Tweek y Kenny, habían vuelto en grupo a South Park bajo la fachada de las épocas festivas, manteniendo una constante tensión en el aire de autobús sin importar el hecho de que ahora formaran parte de la fuerza de un mismo equipo, de Sweet Justice. Cada uno de ellos tenía un papel o apoyo en la misión de rescate dirigida por Scott. Al principio, Malkinson se había negado a dirigir la misión ya que, desde hace algunos años, ya no tenía familia residente en South Park, pero ante la insistencia de Bradley y el gran apoyo de su madre cuando le dijo que "pasaría la navidad con amigos", desistió finalmente reconociendo que haría falta alguien neutral entre los superhéroes para evitar que la tensión entre ellos arruinara los planes.

Por su parte, Stan tendría que pasar la navidad con su madre y su hermana fuera del pueblo, en contra de su voluntad, debido a sus problemas familiares; y la concentración de los superhéroes en South Park para Kyle y Bradley, quienes se quedarían en Denver por la falta de importancia de la fecha en sus vidas, implicaba que los elementalistas tendrían más trabajo por realizar en la ciudad y sus alrededores.

El autobús llegó finalmente al pueblo y todos bajaron en silencio. Frente a la parada, los chicos se quedaron en dos grupos uno frente al otro mirándose con los brazos cruzados y el rostro serio, con Scott de por medio.

—¿Todo bien, compañeros?— preguntó el castaño pecoso sin recibir respuesta alguna de ambos grupos que, casi de inmediato tomaron direcciones opuestas, dejando a Scott paralizado de pie viéndoles alejarse.

—¿Qué, no vienes?— Dijo Craig llamando la atención de Scott, quien aún algo indeciso, siguió finalmente a los amigos del Coon.

Aún quedaba tiempo más que suficiente para prepararse para irrumpir sigilosamente el evento nocturno de la reapertura de  Margarine Bunnies, aunque no sabían a lo que se enfrentarían para lograrlo por la poca información que poseían. Ignorando ese hecho, se dirigieron a sus hogares en busca de plantear la escusa perfecta para librarse de sus familias antes de media noche. Así, Craig y los chicos pasaron a dejar a Clyde a su casa, luego Jimmy recibió a Scott en la suya y finalmente, Craig caminó sólo hacia su hogar mientras esperaba que sus padres no hicieran tantas preguntas. Tocó el timbre y esperó respuesta.

—Hola, mocosa— dijo el pelinegro al notar que su hermana le abría la puerta, misma a la que se le formó una leve sonrisa en el rostro al cruzar miradas con él

—¿Cuánto tiempo, apestoso?— la chica de 13 años amplió su sonrisa, mostrando a manera de saludo el dedo corazón a su hermano —¡Mamá! ¡Papá! ¡Craig llegó!— exclamó hacia el interior de la casa y permitió el paso a su hermano. La  casa estaba adornada para las fechas incluso más que de costumbre. Thomas Tucker, que estaba sentado en el comedor haciendo aún más adornos, saludó sonriendo a su hijo y Laura se asomó desde la cocina para hacer lo mismo.

—¿Qué tal todo en la escuela, cariño?— habló la rubia desde la cocina aún

—Nada fuera de lo común, excepto que casi descubren a Stripe— dijo con normalidad mientras Stripe se asomaba de un bolsillo de su chamarra, antes de saltar y salir corriendo a saludar a la joven pelirroja

—Por eso no debías llevarla, podrías estar en problemas— dijo su padre de manera tranquila a pesar de lo que decía pues sabía lo terco que era su hijo

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