Aleksandra.
Siempre pensé que mi vida era un desastre, pero jamás me moleste en rectificarla. Total, era mi vida y de nadie más, todo en esta vida pasa por algo siempre eh sido de las que cree en el destino y esta vez el destino me está haciendo una mala jugada a mi, después de todo ya no solo era Aleksandra Ferrari, la modelo de Ferrari y la joven empresaria de tan solo 22 años ahora era Aleksandra Ferrari la prometida y futura esposa de Maximiliano Miller. Si lo miro desde mi punto de vista bueno, al menos los rumores se han calmado y no tendré que casarme con Daniel Morgan, Anthony Maslow o Piero Bianchi, si, así es, dentro de los accionistas Ferrari habían tres hijos a la disposición de mi padre para ser mi esposo. Si lo miro desde el punto de vista malo ahora tendré que tomar mis acciones con medida por que la prensa amarillista está más que nunca encima mío.
- ¿Que es esto? - inquiere el estúpido de Bruno - Promestiste casar a tu hija con mi hijo.
- Ni siquiera yo lo sabía amigo mío - responde mi padre de mala gana lanzando dagas con su mirada.
- Si me disculpan me retiro con mi prometido ya que sus intereses no me conciernen - hablo para retirarme.
Agarro el brazo de Maximiliano y el me guía hacia otra mesa.
- Buenas noches, espero disfruten la velada - les dice Maximiliano a un hombre de mediana edad y su esposa al lado que de inmediato la reconozco - les presento a Aleksandra Ferrari, mi prometida.
- Mucho gusto Señorita Ferrari mi nombre es Lenin Vasiliev y ella es mi esposa Faviana Vasilieva - dice presentandome a su adorada esposa.
Ja! La peor puta que puede existir en este planeta tierra. Ya sabrá su maridito ¿que lo engaña? Bueno no es mi problema.
- Hermanita querida tanto tiempo sin verte, Maximiliano - habla con una sonrisa más falsa que sus pechos.
- Señora Vasilieva preferiría que use los honoríficos con mi prometido y sobre todo conmigo - demando seria y sin una pizca de gracia en mi rostro.
Los 3 presentes conmigo en la mesa se quedan sorprendidos ante mi tono de voz. No suelo ser grosera pero ella no se merece menos.
- Pero Sasha... - y ahí está ese maldito "Sasha" que detesto oír.
‐ Por favor señora Vasilieva si mi prometida quiere usar los honoríficos hágalo - masculla Maximiliano apoyándome esta vez a mi ‐ Nos retiramos.
Asiente en forma de saludo y guía mi camino hasta las escaleras a subir a un pasillo lleno de puertas y me lleva hacia las puertas dobles al final del pasillo.
- Graco - llama al hombre que nos seguía a una distancia moderada.
- Señor, Señorita - saluda.
- Que nadie suba las escaleras - ordena.
Entramos a la habitación y observo su interior, muy espaciosa, con grandes ventanales y 2 puertas que supongo que una es el baño y la otra el vestidor, él tomo asiento y sostiene unos papeles en mano.
- Nos casaremos en seis meses - dictamina.
-Este error me estas costando muy caro señor Miller- digo molesta.
- Ve y dile a la prensa la verdad señorita Ferrari- dice mientras se vuelve a meter en sus papeles.
-Me has acorralado- acotó.
-Te acorralaste sola que es muy diferente- gruñe con una ceja alzada - además si mal no recuerdo hace minutos no negastes nada así que esto sucedió bajo tu consentimiento.
- Acepto esto porque es preferible mil veces antes casarme contigo que con los hijos de los accionistas - hablo bajando mi enojo.
- No habrá contrato de por medio porque siempre esas cosas se terminan descubriendo lo que si te ofrezco es el divorcio seis meses después de casarnos y por supuesto la mitad de mis bienes - murmura.
- No gracias, con que me hayas ayudado es suficiente - le digo de verdad - me retiro primero necesito ir al baño, me dirijo hacia las puertas.
- Usa el baño de la habitación, es la puerta derecha - señala - así saldremos juntos.
- Gracias - alcanzo a decir y me voy hacia la puerta derecha.
Una vez entró al baño observo un jacuzzi, una regadera, un lavamanos doble, un sofá blanco un poco largo una mesita y un gran espejo frente al lavamanos todo en tonalidades blanco, gris y café. Hago mis necesidades y retomo mi maquillaje un poco observo la cartera de mano y veo la caja de anillo vacía, miro mi mano y veo como la piedra roja y las pequeñas piedras blancas decoran mi dedo.
Salgo y veo a Maximiliano ya de pies y con su celular en mano.
- Vamos - ofrece su mano y dudo unos segundo en tomarla pero al final accedo y la tomo.
Caminamos fuera de la habitación y bajamos nuevamente las escaleras despacio. Una vez llegamos al piso inferior continuamos con saludar a una que otra persona.
- Iré a tomar aire, regreso en un momento - enuncio al oído de Maximiliano quien habla cómodamente con uno de sus socios.
- Esta bien, no vayas muy lejos, Ezequiel estará a tu lado - veo a un hombre alto y fornido asentir con su cabeza.
Cojo mi vestido y lo levantó un poco para facilitar más mi caminata. Salgo por las puertas corredizas que dan al Jardín y camino lentamente hasta llegar a las escaleras, veo un camino iluminado largo por recorrer.
Me decido y empiezo a caminar sin rumbo ni dirección. Solo pienso en lo descabezada que es mi vida ahora. Veo una banca cerca de un enorme árbol y tomo asiento observando a las estrellas en el cielo azulado. Si, definitivamente hay cosas que tengo que enfrentar, basta de quejarme la vida es dura, a veces cruel y muy injusta, pero tengo que levantarme, luchar y dejar de quejarme. Aquí solo sobreviven los valientes, los que pueden y tienen el poder, a quejarse solo los cobardes se quedan...
- Valla, valla, valla - sin voltear la voz gruesa y repugnante me hace saber que es Daniel quien llega a mi lado sin sentarse - pensé que Maximiliano Miller solo era un capricho tuyo, jamás pensé que terminaría siendo su prometida y muy pronto la reina de la Bratva...
Holaaaaa! Aquí les dejo un capítulo más chicos tarde pero seguro espero lo disfruten ❤
Espero su estrellita y comentarios 🌟
La pregunta del dia:
¿Por qué Daniel habrá dicho que sería la futura reina de la Bratva?
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El Mismo Diablo (1° SIA)
RomancePrimer libro de la Saga Inesperado Amor. Qué pasaría si eres contratada para el mismo Diablo? O mejor aún, ¿Qué pasaría si terminas casada con él? -Este error me estas costando muy caro señor Miller- digo molesta. - Ve y dile a la prensa la verdad s...