JESS

8 4 0
                                    

Normalmente te quedas sentado con tu libreta y la limonada hasta las tres de la tarde. 

Me pareció extraño que te fueras tan temprano. Pero me equivoque en ese aspecto. 

Tú no te dirigías hacia la salida sino a mí. 

O eso creí hasta que la llamaste a ella. 

No dijiste mi nombre y eso estrujó mi corazón. 

Lo sabía. 

Me enamoro de las personas equivocadas.

Una limonada y dos corazones ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora