trente-neuf.

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trente-neuf.

aunque luke le había insistido en que podían compartir la cama sin algún problema, el oji-verde había buscado un colchón extra en el cual dormir, para evitar algún inconveniente por el trauma que había sufrido su amigo.

el chico se había dormido rápidamente la noche anterior, dejándose ganar por el cansancio de su alma y sin siquiera cenar.

cuando el sol llegó a su punto máximo esa mañana de sábado, aproximadamente a las 10 de la mañana, michael despertó acalorado y abrió sus ojos lentamente, ajustándolos a la luz solar que entraba por la ventana.

tenía que cerrar esas malditas cortinas.

miró hacia su costado, notando el cuerpo de luke a su lado, todavía dormido y negó con su cabeza. el oji-azul era más terco que una yegua.

los rayos de sol hacían que el cabello de éste resplandeciera y su piel se viera más blanca de lo usual. se dedicó a mirarlo en silencio.

odiaba cada moretón que tenía en su piel, cada mancha púrpura, o verde, o amarilla que se alojaba en aquél blanco tan bonito. sus facciones relajadas y las ojeras que adornaban la parte bajo sus ojos. se notaba que estaba cansado. se notaba que estaba roto, que había pasado por mucho en muy poco tiempo.

quiso acariciarle la mejilla, quiso abrazarlo y protegerlo del mundo entero, mas se mantuvo al margen al desconocer cómo podía reaccionar aquel chico al despertarse por una caricia. mordió sus labios y sus ojos se llenaron de lágrimas.

odiaba ver a su compañero de vida así.

y esas lágrimas salieron de sus ojos en el momento que, aún dormido, luke se las ingenió para coger la mano de michael entre las suyas y llevarla a su pecho, abrazándola de cierta forma.

lo quería mucho. lo quería tanto que dolía.

bruised. mgc+lrhWhere stories live. Discover now