Reino de Mentiras

Capitulo 1

Atalía Romanteur

Santoro, suroeste de Sacred Moría
Tierras de la Corte Vigor

La fresca brisa abraza mi cuerpo, observó la vegetación del lugar, una sonrisa se asoma en mi rostro recordando todo lo que marco mamá en este mundo.

Me veo obligada a regresar, me reúno con mi hermana Nairea y contempló el Castillo, perfectamente decorado.

Estoy a punto de comenzar una conversación con mi hermana, pero se escabulle, su cabello rubio se pierde entre la multitud. Rio suavemente, cada vez sus escapadas son más constantes y sobretodo sospechosas.

Flores de todo tipos de colores, cientos de personas corriendo de un lado a otro, la música clásica y las parejas riendo entre ellas. Una fiesta de cumpleaños exquisita, bufo antes de andar hacia mamá.

—¿Te gusta?—pregunta con una radiante sonrisa. Me contengo decirle que no, sería decepcionante para ella, paso horas planeando todo

—Claro madre, pero...

Su ceja se levanta y entrecierra sus ojos entendiendo todo en segundos. Niega con la cabeza antes de guiarme en medio del salón de baile.

—Bailemos linda—es lo único que dice. Me niego a decir algo más, no quiero una pelea absurda y menos decepcionarla.

Asiento sin decir nada más, levanto con mis manos el gran vestido pomposo y me deslizó por la pista. Mamá hace lo mismo, su cabello salta por cada movimiento y sus pasos son elegantes.

Rio cuando me hace dar la vuelta. Una sonrisa se forma en ella al ver que disfrutó el baile.

Pero a decir verdad estoy cansada, es sofocante siempre hacer lo mismo, cada cumpleaños fingir una sonrisa y siempre quedarme con la duda de porque no puedo salir.

Durante años me han preparado severamente, sin dejar descansar, soportando torturas, eliminado cualquier mínimo error en mi. Cualquier debilidad.

Mamá insiste que es debido, porque un día ella no estará y me proclamare como la líder de la Corte Vigor y dejaré de ser la Princesa de las sombras. El apodo por el que se me conoce.

Nadie que no sea mi corte me ha visto por años, bueno realmente desde que nací. Nadie conoce mi nombre, mi rostro, mi costumbres o gustos.

Muchos piensan que soy una aberración, a pesar de no conocerme, murmuran entre las demás cortes que esa es la razón por la que me mantengo oculta.

Se dice que la belleza otorgada por Pernette no funcionó en mi. Otros dicen que mi poder es superior a todos.

En fin jamás lo sabrán, dudo que alguna vez salga de este lugar.

Mi vista se torna borrosa y el olor a sangre y los gritos de las personas me inquietan.

Mykaela y Aylo mis hermanastros protegiendo a mis sobrinos. Me quedo perpleja, sin saber que hacer.

El cuerpo de mamá en el piso, sangre por todos lados, la flecha incrustada en su estómago.

Mi piel se eriza, y miro fijamente el cuerpo, me acerco lo más rápido que puedo, la sangre resbala sobre mis finos tacones altos y caigo golpeando mi cabeza, el líquido me empapa todo el cuerpo.