Atalía Romanteur
Salgo con cuidado y mucho sigilo del refugio, sacudo con mis manos la tierra y hojas secas y doy la mano a Nairea quien se le dificulta subir.
—Vamos NaiNai—le digo mientras la impulso hacia arriba.
Con dificultad lo consigue y se tira al piso con dramatismo, respira entrecortada y esconde su rostro en las ramas. Ruedo los ojos.
—Ugh, levántate—suelto empezando a caminar dejándola atrás.
Las hojas y el hermoso paisaje digno de la corte vigor se desvanece y solo hay una respuesta para eso.
La guerra ha comenzado
—Hace mucho no me llamabas así—dice Nairea cuando me alcanza.
La ignoro mientras sigo observando el lugar. No sé con exactitud a dónde vamos. Solo quiero revisar los alrededores.
Quiero distraerla, mantener su mente ocupada en otra cosa.
—Mucho tiempo sin compartir tiempo juntas, ¿Temes jamás volverme a ver?—golpea mi hombro juguetonamente. Observó su hermosa sonrisa.—¡No me ignores!
Me acerco a ella y simuló un abrazo.
Susurro palabras por la bajo y en segundos pequeñas rocas y tierra caen sobre ella.
Rio con fuerza al ver su cara.
—Perra—escupe dejando salir una risita.—Dolor y alma.
Una gran ráfaga de dolor se instala en mi abdomen y me encojo, viéndola sonreír con emoción.
—Estas mejorando mocosa—suelto con dificultad tomando con mi brazo mi abdomen.
Ella con un simple parpadeo hace desaparecer el dolor y me tiende una mano. La acepto sin pensarlo, el dolor se fue y sin disimular corro tras ella.
—Oh, no escaparas pequeña—la sigo por los arbustos secos.
Su cabello rubio sedoso y suave se mueve, y de vez en cuando sus ojos marrones, me observan sin dejar de correr.
—Espera... Espera, ya me canse—sonrió y me recuesto en el arbusto, mis mejillas arden, y estoy segura que están más rojas que una manzana.
—Y dicen que eres la mejor—bufa mientras toma asiento de lado mío.
—Soy la mejor—aclaro con egocentrismo.
Resoplo mientras recuerdo lo difícil que fue convertirme en lo que soy ahora. Desde mis cinco años de edad aprendiendo a controlar mi magia, y combate cuerpo a cuerpo que es lo principal en la corte Vigor. Nuestra magia es fuerte, y buena, no la más poderosa pero magnífica si logras manejarla.
Para mí lo más valioso es mi espada, un gran arma poderosa, única e inigualable. Un acero indestructible al igual que el mango de esta, diamantes mágicos de distintos colores y magias que lo complementan, proporcionándome más poder y fuerza.
—Si, claro—dice con sarcasmo.
—Que seas envidiosa no es mi problema—bromeo—además tu muy apenas conseguiste salir del refugio. Tienes buena fuerza y poder es raro que se te dificulte. Eres buena hermanita, no me hagas someterte a más entrenamiento.
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Reino de Mentiras
FantasyLibro I Saga Lazos Malignos Atalía es una mujer hermosa como letal. Guerrera y sabia por naturaleza. Un día le arrebatan todo. Dejando un corazón vacío. Alianzas muertes, venganzas y muchos secretos. Cuatro cortes llenas de poder y ansias de guerra...