Parte 6.Ariana.

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El director da tres golpes a la puerta y espera a que la abran, del otro lado se escucha como todos dejan de hablar y luego pasos en dirección a la puerta, supongo que es el profesor.

La puerta se abre y siento que se me va el aire al ver a mi nuevo profesor. Dios, es todo un dios griego, como quieren que ponga atención en clase si voy a tener este espécimen en el salón, mejor cierro la boca porque creo que estoy babeando.

Es muy alto, a de medir 1.90, si es alto a de tener polla grande, no me molestaría comprobarlo, tiene la mandíbula marcada, me encantan los hombres así, tiene lleno de tatuajes el cuello y parece como si todo el cuerpo lo tuviera tatuado, apuesto que si, sus labios parecen el paraíso, son muy gruesos y dan ganas de morderlos, tiene los ojos negros que si los miras mucho tiempo te intimidan, pero no lo demostrare, se ve que tiene mucho ego, tiene hombros anchos que cuando los flexiona se le marcan los músculos y estoy segura que debajo de esa camisa tiene una tableta de chocolate.

Reaccionó cuando recibo un codazo por parte de solecito, le mando una mirada fulminante porque en realidad me golpeó con mucha fuerza, ella se encoge de hombros y me hace una seña para que vea al maestro.

Cuando lo veo, lo encuentro analizándome de pies a cabeza, pareciera que me está viendo con ternura y ¿amor?, nop, lo dudo, al lo mejor estoy viendo mal, debo ir a checarme tal vez necesite lentes.

Dejo de verlo cuando escucho la voz del director, que está a un lado mío.

-Profesor Ivanov, estos son los alumnos de intercambio que a partir de ahora serán sus nuevos alumnos.- dice el director.

-Está bien, pasen al aula y elijan sus lugares, pero primero preséntense a la clase.-dijo el dios griego que tengo como profesor, su voz es ronca y con un toque sensual. Atención necesito unas nuevas bragas, las que traigo están empapadas.

Cuando ingresamos al salón siento la mirada del profesor a mi espalda, volteo para comprobarlo y si, me está viendo pero es una mirada tan profunda, que siento como si viera todo mi pasado y me dejara vulnerable, eso solo lo e sentido con una persona y no planeo volverlo a sentir así que rápidamente apartó la mirada y volteó al frente.

Nos presentamos a los demás alumnos y pasamos a sentarnos en las filas de atrás ya que no hay puestos de tres lugares juntos.

El resto de la clase pasa muy aburrida, todo lo que decía yo ya lo sabía así que me perdí en mis pensamientos.

-Oye Ariana.- salgo de mis pensamientos sobre las hamburguesas cuando escucho a Nate hablar.

-¿Qué es tan importante para interrumpir mis pensamientos de mi comiendo una hamburguesa?-le digo con cara seria.

-¿Por que el profesor te ve tanto?- me dice con molestia.

La verdad yo también me di cuenta, me manda miradas como si me quisiera comer, y cabe aclarar que yo lo dejaría pero yo solo lo ignoro y hago como que no me doy cuenta.

-¿Lo conoces Ari?- me vuelve a preguntar al ver que no contesto.

-Nop, no lo conozco, pero de seguro es porque a su edad no a visto a una mujer tan hermosa como yo.- le digo con mi usual egocentrismo.

Nate solo gira los ojos y vuelve su vista al frente donde mira al profesor como si lo quisiera matar y cortarlo en pedacitos para dárselo de comer a los perros.

Aunque no tenemos perros pero tenemos que seguirle el juego, así que imaginen que si tenemos perros.

Al sonar el timbre salimos de la clase de literatura y nos dirigimos a la cafetería.

-Espero que tengan buena comida, ¡Quiero una hamburguesa!- gritó lo último y los que estaban en el pasillo se giraron a verme con desagrado, pero como buena persona que soy les saque el dedito del medio y les dedique mi mejor sonrisa falsa.

-Cállate Ariana, oigan tenemos que llegar temprano a casa porque papá quiere vernos por la computadora.- nos avisa Nate.

-Más bien quiere ver si la princesita no se metió en problemas.- le mando una mala mirada a solecito, papá siempre me a dicho su princesa porque puedo tener actitudes un poco infantiles.

-Primero tengo que analizar a mis víctimas.- les digo con una sonrisa maliciosa mientras pienso a quien le pondré abejas en su auto.

-Ariana ni se te ocurra hacerle alguna broma a los maestros, pobre maestro Luke, lo dejaste todo azul como un pitufo y duro como una semana azul porque la pintura no se caía.- me dice Nate en tono de reproche, pero se que en el fondo de su noble corazón aman mis bromas.

En eso llegamos a la cafetería y empujó las puertas para poder entrar. Al instante todos se callan y solo se nos quedan viendo y eso me molesta mucho.

-¡¿Qué ven idiotas?!,¡¿Acaso se les perdió algo?!- les mando una mirada furiosa a todos y rápido se ponen a hacer lo que estaban haciendo.

-Te apuesto a que para mañana ya vas a tener una reputación de mala.- sonreí al escuchar lo que dijo solecito, tener reputación de mala tiene ciertas ventajas.

-Mejor vamos por la comida y elijamos una mesa.- dice Nate y hacemos lo que dijo.

Llegamos a la barra donde está la comida y como tengo mucha hambre elijo una rebanada de pizza napolitana , una hamburguesa, papas con queso y un cupcake de mi amor, mejor conocido como chocolate.

Cuando terminamos caminamos hasta una mesa vacía, la verdad la cafetería es igual como la de una película, hay una mesa para los de lacrosse, una de porristas, otra de nerds, una donde están los solitarios y las demás de las personas comunes.

-Si que tenías hambre.- dice con tono divertido Nate mientras mira mi comida, sonreí, iba a hablar pero se volvió a escuchar puro silencio en la cafetería.

Miro hacia los lados y veo que todos están viendo hacia la entrada de la cafetería, así que volteo hacia ahí. Estás se abren y entran tres chicos muy guapos, pero no tanto como el profesor de litera.... espera por que estoy comprando a el con ellos, definitivamente tengo que ir al doctor.

Volviendo al tema los chicos parecen ser del equipo de lacrosse por sus chaquetas, uno es pelirrojo, el otro rubio, y el último un pelinegro, pero el que parece ser el líder del grupo es el rubio, junto a él viene pegada una garrapata, no esperen, me equivoqué, es una chica que creo que es la capitana de las animadoras, lo digo por su uniforme pero literalmente viene colgada del brazo de él pidiendo un poco de atención pero el rubio solo da una mirada egocéntrica a toda la cafetería hasta que detiene su vista en mi, los otros dos chicos también traen a sus chicas que igualmente son porristas, de seguro son las perritas falderas de la garrapata mayor.

La cafetería sigue en silencio, solo se escuchan los pasos de los chicos que parece que se dirigen a nuestra mesa.

Solo espero no causar la primera pelea en el primer dia de clases.

MI NENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora