1. El inicio

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Las bolsas de lino con la mercadería flotaban detrás mío, tenía puesto un simple y veraniego vestido negro que se movía lentamente por la brisa de verano, estaba corriendo un mechón molesto de cabello de mi cara cuando la señora Weasley abrió la p...

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Las bolsas de lino con la mercadería flotaban detrás mío, tenía puesto un simple y veraniego vestido negro que se movía lentamente por la brisa de verano, estaba corriendo un mechón molesto de cabello de mi cara cuando la señora Weasley abrió la puerta de la madriguera de manera cordial pero más alegre de lo normal.
— Hola querida, entra por favor- me tomó de los hombros y me envolvió en un cálido abrazo - tengo muy buenas noticias. - añadió, mientras sacábamos las compras de las bolsas con leves movimientos de nuestras varitas
— Yo también, estoy muy atareada con el ministerio pero iré a Hogwarts para supervisar las criaturas mágicas de ya sabes...- No pude terminar la oración ya que mi vista se posó a la entrada de la cocina donde una cabellera rojiza que no veía hace tiempo apareció.
— Oí una voz muy familiar - dijo cruzándose de brazos y solté un chillido incontrolable.
— ¡Charlie! - Exclame. Dejé mi varita en la mesa y algunas cosas dejaron de transportarse en el aire pero no me importó, salté a los brazos de mi mejor amigo que me abrazó hasta dejarme sin respiración. No tenía palabras para describir la energía y ansiedad que estaba en mi cuerpo, al fin ver a mi mejor amigo después de tanto tiempo.
Al soltarme se plantó en su rostro una sonrisa inmensa. Parecía un niño pequeño al que acababan de darle una bolsa de dulces. Volví a contener las ganas de ponerme a saltar por el lugar
— Estás bastante cambiada Bella...- dijo recorriéndome con la mirada.
— ¿Bella? - fue como un zumbido, casi un susurro, voltee pensando que era obra de mi imaginación pero no, estaba ahí.
Estaba parado a metros de mi anatomía con el pelo mucho más largo desde la última vez que lo había visto, atado en una perfecta cola de caballo, sus mejillas estaban levemente rosadas como si tuviera frío, poseía unas botas de piel de dragón y un estilo muggle medio rockero. Si Charlie no hubiese estado con su mano derecha sobre mi hombro de manera cariñosa me hubiera tambaleado, mis piernas y manos estaban temblando levemente.
Sentía el calor en mis mejillas y un vacío en el estómago. Trague en seco sin saber cómo reaccionar hasta que abrió sus perfectos y forzudos brazos para recibirme en un abrazo, en una larga zancada me colgué de su cuello, a pesar de todo lo que había pasado y estar batallando internamente conmigo misma, había algo que sabía con claridad: no quería volver a olvidarme de su aroma, o la sensación de estar entre sus brazos.
Para mi sorpresa y aumento de mi nerviosismo me rodeo con los brazos la cintura.
— Volviste - susurré y él soltó una sonora carcajada.
— Volvimos - dijo echándole una rápida mirada a Charlie que nos miraba sonriente, si no hubiese sido por la toz falsa de mi mejor amigo no me hubiese percatado y no hubiese soltado el agarre de su cuello y el deslizado sus manos por mi cintura quedando a solo centímetros de distancia.
— Tiene razón Charlie, estás cambiada Ara- dijo recorriéndome también con la mirada y sus mejillas volvieron a tomar un leve color rosado.
— Tal vez es porque la última vez que me viste tenía dieciséis y ahora tengo veintidos - dije a propósito cruzándome de brazos y tomándome mi tiempo para admirar cada hermoso rasgo de su cara, esos ojos como zafiros, sus largas pestañas, hasta sus labios.
— ¡Ginny! - exclamó la voz de Charlie y rápidamente me alejé de Bill, esos centímetros que nos separaban se convirtieron en metros.
— Bella...- dijo la menor de los Weasley abrazándome fuertemente, al separarnos vi como una chica de pelo marrón alborotado se asomaba con una sonrisa tímida. - ella es Arabella nuestra vecina, vive cerca de la colina Oterry St. Catchpole. Trabaja para el ministerio en la sección de criaturas mágicas. - le comento Gins de manera orgullosa dando una gran presentación, solté una pequeña risa.
— Hermione Granger, un gusto conocerte - dijo extendiéndome la mano cordialmente
— El gusto es mío, ¿Dónde están Arthur, Ron y los gemelos? - pregunte desconcertada, la señora Weasley que estaba sirviendo unas tazas de té dejó la tetera en la mesa produciendo un "plop" y me miró tiernamente.
— Fueron a buscar a un amigo de Ron, vive con muggles y no son amables en ningún sentido posible - exclamó poniéndose las manos en la cintura y sus cejas formaron un alinea recta, eso significaba que realmente no eran nada amables.
Hermione y Ginny habían salido al patio y miraban unas curiosas flores, la señora Weasley seguía sirviendo té mientras murmuraba algo sobre el ministerio. Charlie estaba recargado sobre la mesa mirándome tiernamente y Bill seguía admirandome con esos ojos que luchaban con el firmamento para debatir quien tenía el celeste mas hermoso.
— Siguen habiendo gnomos en el jardín, ¿cierto? - preguntó Bill a Molly y esta asintió pesadamente, como si de solo recordarlo le produjera migraña. - Te ausentaste mucho tiempo William... - dije lentamente, con un ápice de tristeza y nostalgia, mientras se desataba una pequeña guerra de miradas entre los dos.
— Sí, me he ausentado un tiempo. De todas formas creo que seguís sin poder ganar al ajedrez mágico, increíble hablando de una Ravenclaw - comentó de manera provocadora. Ahora Molly estaba distraída mirando por la ventana a las chicas que se divertían en el patio trasero y Charlie pasaba sus ojos de Bill a mi sucesivamente - y no me digas William - añadió acercándose unos centímetros, tomándome por sorpresa. Solté una sonora carcajada y mi vista se dirigió a Charlie que se había mantenido en silencio
— ¿Cómo te está yendo en el trabajo? - Comento algo incómodo.
— Bien, de hecho muy bien, empecé a trabajar con Amos Diggory en el sector de control y regulación de criaturas mágicas.
— ¿Cómo conseguiste un puesto tan alto en tan poco tiempo? - Cuestionó Bill.
— Creo que es el privilegio de graduarte con honores. - alce los hombros despreocupada. Hasta que lo recordé:
— ¿Sabe Tonks que llegaste? - pregunte al girar sobre mis talones y quedar frente a Bill otra vez.
— No lo creo, no hablo con ella hace tiempo, estaba muy ocupada con su trabajo y no quería molestarla. - exclamó con una linda sonrisa ladeada. Me quedé sumida en esa sonrisa que no veía hace tiempo, parecía hipnotizada hasta que la voz de George me sacó del hechizo.
— Hola Weasley, ¿Dónde está el resto? - cuestione dándole un abrazo
— Hola Horan - dijo divertido. Cada vez se encontraba más alto - ya están llegando, se quedaron más atrás.
— ¿Ya sabían que ibas a venir? - preguntó curiosa la voz de Bill a mis espaldas, con mis manos atrás de mi espalda y tambaleándose sobre mis pies exclame de una falsa manera inocente: — ¿No te dijeron William? trabajo para el ministerio, me dieron entradas gratis para el mundial de quidditch. Vamos a ir juntos.

Invisible String ⟶ B. Weasley  [EN EDICION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora