4. Despertar

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Escuchaba un susurro, uno leve

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Escuchaba un susurro, uno leve.

Todo se sentía muy cómodo a mi alrededor, sentí el tacto de unos brazos rodeándome, la voz de la señora Weasley se escuchaba como un zumbido de fondo.
Mi cabeza parecía seguir en un profundo sueño.
— Madre ¿qué les pasó a estos dos? - dijo una voz que reconocí como la de Fred. Molly tardó en contestar, parecía estar dudando de su respuesta.
— No lo sé hijo, solo no los despierten - comentó aún más bajito. Me costaba seguirle el hilo a la conversación hasta que me acordé de lo pasado la noche anterior.
Si mis cálculos no fallaban me había quedado dormida en el sillón de la sala de estar junto a Bill Weasley. Sentía que mis manos temblar levemente, no sabía qué decisión tomar: si me levantaba iban a empezar con las preguntas (de las cuales no tenía respuestas certeras).
Mi cabeza se encontraba con miles de pensamientos divagando por esta, sentía la cálida y lenta respiración de Bill en mi cuello y sus brazos cerca de mi cintura, en algún momento de la noche él también había caído dormido. La única opción que tenía era fingir que no había escuchado nada y seguir pretendiendo estar dormida. Eso iba a hacer...
— Por Merlín- una voz estruendosa me despertó de manera brusca, mi cabeza estaba tratando de adaptarse a las luces y al sol que se colaba por la ventana y me molestaba a la vista. No entendía nada de lo que ocurría a mi alrededor, solo la voz de Charlie resonando por mi cabeza.
Bill se encontraba a mi lado, con cara de dormido y tan confundido como yo. La voz de mi mejor amigo se volvió a escuchar otra vez.
— ¿Me pueden explicar qué están haciendo? - se lo notaba divertido por la situación. Mi mente aún dormida no reaccionaba del todo bien, solo podía recordar la noche anterior. Ahora el sillón parecía más chico que ayer y noté que estábamos más pegados de lo correcto que era quedarte dormida en la sala de estar, junto al hermano de tu mejor amigo.
Si había algo de "correcto" en todo eso.
Sentí como me resbalaba lentamente hasta que impacté con el piso, el dolor se expandió por mi espalda.
Si, me había caído del sillón.
Solté una risa mientras me cubría el codo.
— ¿Estás bien? - preguntó William preocupado, mirándome con una ceja alzada y no pudo contener una pequeña risa.
— Sigo acá- Charlie movió las manos para que notaramos su presencia y me incorpore del piso.
— Buenos días, Charls - comente con las mejillas rosas mientras me acariciaba el codo que se había raspado al caer tan torpemente del sillón
— Bella, todavía estás en pijama y en menos de media hora tenemos que estar allá- aseguro mi amigo, tenía cara de dormido pero se encontraba vestido, estaba un poco desarreglado, como si se hubiese cambiado a regañadientes.
— No exageres hermano, no pasa nada si llegamos unos minutos tarde. Vamos a aparecernos es rápido- comentó Bill tomando una tostada que estaba sobre la mesa junto a otras delicias. Seguramente Molly las había dejado allí a sabiendas que nosotros iríamos en otro horario, para que pudiéramos desayunar antes.
— Mierda - susurré cuando me acordé que nos habían visto juntos en el sillón y no podía ignorarlos todo el día.
— ¿Lo decís por la aparición cierto? - cuestiono Charlie secamente mientras buscaba algo para desayunar.
— Entre tantas cosas - comente pasándome los dedos por el cabello que caía hasta mi cintura.
— ¿Qué pasa con la aparición? - preguntó el mayor de los Weasley confundido y Charlie soltó una pequeña risa.
— La odio, rendí el examen dos veces y me produce náuseas, ew - dije con desagrado, de tan solo recordarlo me hacía sentir un malestar.
— ¿No me van a contar que hacían juntos en el sillón? - cuestiono Charlie de la nada, cambiando drásticamente el centro de la conversación. Me moví hacia adelante y atrás sobre mis talones mientras esperaba que Bill respondiera por los dos y así lo hizo.
— Ninguno de los dos podía dormir, nos encontramos cuando bajamos para tomar algo caliente, terminamos hablando hasta tarde y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos.- explicó William de manera rápida. Charlie meditó la idea mientras me observaba curioso
— Esta bien, supongo que en ese tiempo le contaste sobre tu trabajo Bella - dijo con una sonrisa llena de diversión. Maldije por dentro y miré a Bill que me observaba confundido.
— ¿Qué pasa con tu trabajo? - preguntó- Nada, solo que al trabajar en la sección de control de criaturas mágicas, me toca ser la supervisora de los dragones que van a traer para el torneo y también tendré que ir a Gringotts para realizar los pagos, ya que sería genial que traer animales tan peligrosos del exterior fuera gratis, pero no lo es. - dije de manera atropellada
— Entonces hay posibilidad de que nos encontremos en Gringrotts. - asentí con la cabeza, Charlie soltó una pequeña risita que la "disimuló" con una tos falsa. - eso es genial - añadió Bill tiernamente y rogué que el rosa de mis mejillas se apaciguara.
— Voy a ir a cambiarme, no quiero que se nos haga tarde.
— Terminé de acomodarme la remera. Mi cabello era un desastre.
Dos toques en la puerta me desconcentraron.
Lo mire a través del espejo.
Madre mía.
— Tu cabello luce genial. - aseguro. Solté una pequeña risa.
— Es un desastre - dije. Note como me recorrió con la mirada todo el cuerpo descaradamente.
— ¿No piensas desayunar? - cuestiono.
— No pienso vomitar, que es diferente. - comente divertida. Me acerque a el que se apoyaba en el marco de la puerta. — ¿Charlie?
— Esperándonos. - aseguro. Se mojó los labios. - ¿dormiste bien?
Esa sola pregunta me trajo muchos recuerdos.

" — ¿Dormiste bien? - me pregunto.
  — ¿Qué hora es? - cuestione alarmada.
  — Falta, aun queda una hora para que vuelvan de Hogsmade. - aseguro. Pase una de mis piernas al otro lado de su cuerpo, me acarició los muslos desnudos con delicadeza. - tenemos tiempo para simplemente seguir...disfrutando."

— ¿En qué piensas? - el calor en mis mejillas me delató.
— Nada. - asegure. Cuando pase por su lado me tomó del brazo delicadamente.
— Creo que me hago una idea. - murmuró. - porque también recordé eso anoche.- trague en seco. - necesito que me digas si algo te incomoda Ara.
— Lo haré. - asegure. - lo de anoche, no fue nada. - exacto. No fue nada a comparación de nuestros nosotros adolescentes.
Para la Arabella adulta, había miles de nervios activándose y moviendo todos mis cimientos. Unos que había reconstruido cuando él se fue, justo cuando mi vida empezó a cambiar.

Invisible String ⟶ B. Weasley  [EN EDICION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora