Antes que empiecen a gritar, les aviso que esto no es nada seguro. Si, como leen, esta, loca psicópata de MaCom, me dio un "ni", o sea ni un no, ni un sí.
Ok, ok, no se entiende nada. Voy a empezar por el principio...
Había una vez... truz. Jajaja.
De verdad, no se vayan, les voy a contar que está pasando acá.
El otro día, una de ustedes le dijo a MaCom que podía seguir escribiendo sobre mí. Obviamente soy difícil de olvidar... Ok, focalizo.
Como les decía, le dijeron que podría seguir escribiendo sobre mí, a lo que MaCom le dijo que no. Uso una excusa bastante floja del porque no, que ya no quedaba nada más que escribir. Entonces esta chica, la lectora, le dijo: "Podrías escribir la historia de los chicos, antes de Mara". Solo eso falto para que esa cabecita comience a funcionar.
Pero como les dije, MaCom es una psicópata y dijo que no. Entonces es cuando salí del cajón en donde me guardó y acercándome por detrás le susurre al oído:
—Sé que querés hacerlo... —ella dejo de escribir por un momento y sacudiendo la cabeza me ignoró. Entonces volví a atacar.
—No me quieras ignorar. Sé que estás pensando lo mismo que yo. —le volví a susurrar al oído. MaCom volvió a dejar de escribir y sin darse la vuelta me dijo:
—Ni te gastes. Ya entraste al cajón de los terminados.
—Dale... —le dije ronroneándole.
—Jony, no te olvides que te conozco más de lo que te conoces vos mismo.
—Eso lo dudo.
Entonces ella giro su cabeza y me miro sobre su hombro con esa mirada de Maléfica, luego se volvió a acomodar y siguió escribiendo.
—Dale linda...
—¡Jonathan, si me volves a decir linda, juro que te borro de la faz de la Tierra! Eso dejáselo a las que realmente no conoces el nombre.
—¡Ok! ¿Cómo estás hoy, eh...? ¿Cómo querés que te llame, MaCom o uso tu verdadero nombre? —le pregunté haciéndome el canchero, a sabiendas que estaba jugando con fuego.
—Una más Jony, una más... ¿No tenés a nadie a quien ir a joder que no sea a mí?
—Tengo a varios... Pero dale, dale, dale. —le suplico.
—¡No!
—Ok, hagamos esto. No escribas una historia. Te propongo que contestemos preguntas que tus lectoras quieran saber sobre mí. Obviamente las voy a contestar yo, pero las vas a escribir vos.
Esta loca me vuelve a mirar sobre su hombro y sin quitarme la mirada de encima me dice o mejor dicho, me escupe:
—¡NO!
—No te hagas la difícil... ¡Dale! No me obligues a usar mi arma secreta en tu contra.
—Jony, no te hagas el estúpido conmigo, porque la piña que te dio tu suegra cuando usaste esa arma secreta, va a ser un poroto a comparación de lo que voy a hacer yo. Aparte estoy escribiendo otras historias, entre ellas la de tu amigo Bruno. Si me pongo con esto no voy a terminar más las otras...
—Ese no es mi amigo... —me clava la mirada. Por momentos me da miedo—. Está bien, es mi amigo. Pero podes escribir las dos. Ambos lo sabemos.
—No Jony, las chicas van a querer que actualice seguido y después no puedo cumplir con ninguna de las dos historias.
—Les voy a decir que te tienen que dar tiempo.
—¿Y si después nadie te hace preguntas? Tampoco sos un tipo tan popular... No sos ningún Dios Griego.
—Vos sí que sabes mantener la autoestima de una persona bien alta.
—Hay que decir la verdad. —ahora ya sé de donde salió ese genio que tiene Mara.
—¿Pregunto si quieren? Si nadie contesta, sacas la historia de la plataforma y yo me vuelvo a mi cajón.
Ella se queda mirando el horizonte. Tengo esperanza. Eso quiere decir que el ratón está corriendo como loco en la rueda.
—MaCom, Dale...
Ella suspira y me dice:
—Si nadie contesta no lo hago, ¿te quedo claro? Tengo a Bruno, a Cesar y a André esperándome para que siga con sus historias...
—Te doy mi palabra que si esto no va, no va... Te quiero... —le digo dándole un beso en la mejilla—. ¿Te puedo hacer una última pregunta?
MaCom suspira y dejando caer sus hombros me dice:
—¿Y me juras que me vas a dejar tranquila?
—Sí, por ahora...
—¿Qué queres? —pregunta resignada. Tengo ese efecto en las personas.
—¿Por qué a Bruno lo hiciste muy bien dotado y a mí no? A ver no es que me quejo, también tengo lo mío. Pero pudiste haber sido un poco más generosa. Con él fuiste muy generosa.
—Te lo voy a explicar así. Algunos nacen con estrellas y otros estrellados. Algunos nacen, muy bien dotados y otros nacen, Jony... Aparte vos tenés ojos de siberiano y él no. Ahora andate que tengo que seguir escribiendo sobre Bruno.
Eso fue lo último que me dijo antes de seguir escribiendo.
Así que acá estoy.
Esta es mi propuesta:
Vamos a dividir mi historia en: Antes de Mara (AM) y Después de Mara (DM). Lo que paso después de Mara, ya todas lo saben. Ahora:
¿Quieren que conteste preguntas o mejor dicho cuente anécdotas sobre mí o los chicos AM? Si es que quieren comiencen a dejar comentarios acá abajo pidiéndole a esta loca que los escriba.
La idea es esta: Voy a contestar una pregunta por semana (o lo que tarde). Voy a elegir la que más me divierta o mejor anécdota tenga, (para aburridas están las de Brunito que lo único que hace es mover el paquete... lo odio) Y así semana tras semana. En un principio voy a contestar diez preguntas y voy a tratar que MaCom, me deje seguir un poco más.
Bueno mis chicas hermosas... ¿Quieren más de Jony? ¡Pídanme! Hagan que está loca siga escribiendo sobre mi... Qué no le dé vergüenza preguntar, soy todo suyos.
Así que háganle explotar la campanita con preguntas. Dependo de ustedes...
Les mando besitos cachondos... (Qué Mara no se entere de estos besitos, me la va a hacer pagar)
Los comentarios que dejen acá, los voy a estar contestando yo...