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⸙ capítulo tres: heda • ⭑°
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° ⭑ • ━━━━━ • N. KOM SANGEDAKRU • ━━━━━ • ⭑°
No me creyó.
Siendo sincera, la mayoría de mi cerebro se lo esperaba. Pero esa parte de mí, la que aún sueña con bosques y un mundo sin violencia, esperaba que Emori, quien me conoce desde que éramos niñas, quien no preguntó nada sobre mi sangre negra las veces en las que me ayudaba con mis heridas, quien me abrazó las pocas veces que lloraba, quien conoce cada uno de mis miedos, excepto el tema de los fantasmas, me creería cuando le digo que hay una maldita inteligencia artificial que, casualmente, fue la responsable del apocalipsis nuclear que dejó el mundo hirviendo en radiación, que resulta ser para quien hemos estado trabajando todo este tiempo como si nada.
Lo mismo con Otan.
Y con Gate.
Ninguno me creyó.
Veía en sus ojos que estaban luchando por creerme, pero al final no lo hicieron.
Esa fue una de las sensaciones más impotentes que he sentido en mi vida: que mi familia no me crea cuando les digo algo.
Nadie es inocente aquí. Todos hicieron algo de lo que se arrepienten, pero eso no quiere decir que no nos apoyemos.
Es decir, somos familia, de sangre o no.
Pero eso no les importó en ese momento, porque no me creyeron.
Gate incluso me mandó a callar, diciéndome que lo supere, que fue el desierto en sus malas pasadas, una pesadilla o algo por el estilo.
