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Seokjin cumplió su palabra, por eso es que ahora se encontraban en un taxi en la linda ciudad de Nueva York. Habían estado allí antes, alrededor de unas 5 veces, pero todas eran exclusivamente visitas de trabajo, por lo que ahora, podrían disfrutar de la linda ciudad.
Los ojos brillantes de Namjoon observan toda la linda ciudad, sus ojos tragando las luces brillantes y los grandes edificios, incluso pudo reconocer una de las tantas tiendas automotrices que tienen Jimin y Jin, el trayecto fue corto, o al menos así lo sintió el menor, en poco el tiempo el gran hotel Equinox quedando frente a ellos en todo su esplendor.
Para el alivio de ambos, esta vez, no hay fotógrafos que los persiga, solo algunas personas que logran reconocerle por lo que entrar al vestíbulo no es tan agitado como las otras veces, cuando el hombre del mostrador los saluda con un bienvenidos de nuevo, señores Kim, no reservan la suite presidencial, piden algo más pequeño e intimo. La habitación 524 es la de ellos.
Cuando entran a la habitación, la hermosa vista a la ciudad los recibe, la noche cae y la ciudad se ilumina, los siguientes minutos son ellos enredados entre las sabanas, suaves besos compartidos y lindos susurros de amor declarados.
•♡•
-¡Vamos Jinnie, apresúrate!-le grita Namjoon, desde la puerta del hotel.
-Ni siquiera son las 9 de la mañana, cálmate un poco, amor.
Era tal vez, demasiado temprano cuando se suponía que estaban de vacaciones, pero Nam realmente estaba emocionado porque "no me voy a ir de aquí hasta tener una foto en donde grabaron Friends, Jin" y bueno, quien es Jin para negar los caprichos de su amado, incluso si sólo era el primer día.
Nam lloriquea pero obedece, regresando penosamente a través de la habitación hasta llegar a la cama, un lindo puchero adornando sus labios.-Sí, pero tengo hambre, cielito.-Señala, con su mirada gacha, jugando con sus dedos.
Jin llega hasta su amado, con sus dedos eleva la suave barbilla y le da un pequeño beso, reemplazando el puchero por un beso- Vamos, pequeño inquieto.
Una sonrisa brillante tira de los labios del menor y segundos después, lo está arrastrando fuera de la habitación.
Cuando por fin obtienen la bendita foto, se dirigen a una cafetería para desayunar, es pequeña y ellos son los únicos allí lo cual es agradable, el café humeante del menor y el chocolate dulce mayor solo hace el momento más lindo, sus pies se rozan debajo de la mesa y las sonrisas cómplices enamoradas nunca faltan.
Bonito, bonito, bonito.
Deciden explorar la ciudad caminando, se toman miles de fotos y comparten algodón de azúcar, los suaves mechones de Nam son acariciados por el mayor mientras ambos está en una rueda de la fortuna.
