⌗ 𝑪𝒂𝒔𝒂
Despertar con energía y feliz, era un sentimiento lindo, despertar con energía feliz y con la personas que más amas a tu lado, pega diferente.
Despertar con Kim Namjoon era diferente.
Es por eso que siempre Seokjin se despertaba feliz, porque ver al menor dormitando sobre su pecho, con una expresión relajada, sus labios en un lindo pucherito y su cabello revuelto, era sin duda, la mejor imagen que Seokjin a podido apreciar en su vida.
Con cuidado de no despertarlo, se levantó de la cama dejando una almohada para que el menor abrazara, decidiendo pedir el servicio al cuarto para el desayuno, unos huevos revueltos para él y unas tostadas francesas para el menor.
Era su último día en Nueva York, por lo que habían decidido pasarlo haciendo pereza, tal vez salir en la tarde, despertaste hasta que el cuerpo lo pedía y sin fotos en sitios obligatorios al que ir.
Gracias al cielo, no mucha gente los había localizado, o a veces ni eran reconocidos por las gorras y sombreros que llevaban, por lo que su estadía de una semana en la ciudad de las luces, había sido tranquila. Como él quería. Como su esposo lo merecía.
Cuando terminó la llamada y sus dientes fueron cepillados, volvió a la cama y se recuesta al lado de su esposo, sus manos trazando las facciones de su rostro hasta que siente que despierta, una sonrisa se desplaza por sus labios cuando su marido se remueve y se queja, su mirada se encuentra cuando su esposo solo abre un ojo y suelta una risita cuando su cabeza se presiona en su pecho, sintiendo un beso en su cuello y un susurro parecido a un "buenos días".
Sí, Seokjin había extrañado eso cuando se pelearon, él juro que no se perdería de nuevo esos gestos mañaneros. Él había extrañado esos pequeños gestos de amor.
El resto de la mañana solo desayunan y se tumban en la cama mirando la ciudad, por la tarde dan una ultima caminata y en noche, ya estás tomando un vuelo de regreso a Seúl. A su casa.
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El regreso a la vida de los negocios era un poco más exigente de lo que recordaban, porque incluso si Seokjin había dejado las carreras de lado, quedaban esos negocios al aire, como el de la línea de ropa deportiva, los tiendas automotrices, los negocios con Jimin y el que estaban cerrando ahora, su documental con ESPN.
Namjoon como representante y publicista, debía cerrar ese negocio.
Namjoon tenía ese algo para que los negocios fueran exitosos, tal vez la forma en la que hablaba con un léxico increíble y palabras que Seokjin a veces no sabía, tal vez la forma de persuadir a las personas o la forma en la que su gesto se endurecía, en una actitud seria y a veces sarcástica, Jin sólo podía quedarse en el fondo de la sala observándolo embelesado. Verlo serio y con una mirada amenazante -cuando no era a él a quien le dirigían dichas miradas, claro- era agradable. Realmente agradable.
-Escúchame bien, si Seokjin dice que no quiere que se entrometan demasiado en su vida privada es porque no van a entrometerse en su vida privada, la vida profesional de Jin va muy aparte a lo que haga fuera de la pista, así que si digo que será únicamente de su vida profesional, será solamente su vida profesional, ¿Entiendes, Lee?- Habló Kim menor, su tono de voz gélido y mirada filosa.
-Pero Nam-
-No quiero escuchar nada aparte de que seguirás el contrato como es y se debe hacer, Lee.
Los pulmones de Jin se contraen cuando nota como la mandibula de Nam se tensa y se marca. Mierda, ¿Seokjin alguna vez ha mencionado lo mucho que ama a su esposo?
Lee suelta un suspiro de resignación.
-Hablaré con el jefe de la cadena, revisaremos el contrato de nuevo y te llamaremos a ti y a Seokjin para revisar el nuevo contrato.
Lee sale de la sala de juntas con una leve reverencia. En la tarde recibe una llamada del director de la cadena pidiendo disculpas por el mal momento que pasó con Lee, diciéndole que el programa se hará como él y Seokjin dicten.
Kim Namjoon siempre gana.
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El tema de la gastronomía siempre le ha fascinado a Seokjin. La repostería y pastelería más exactamente.
Por eso, cuando por fin tiene la oportunidad de cumplir uno de sus más grandes sueños, es imposible no estar un poco, demasiado, emocionado, casi chillando. Casi.
Es una cafetería ni pequeña ni muy grande, es de colores pasteles, el rosa predominando y los dulces son minimalistas, con frutas de decoración o con dibujos hechos con chocolate, todos hechos por Seokjin.
No es necesario decir que el pequeño negocio fue, ciertamente, un gran éxito pues fue una gran sorpresa que el gran corredor de autos Kim Seokjin, fuera también, un gran pastelero.
Estuvo en revistas, en las noticias, fue tendencia en twitter, que el magnifico Kim Seokjin dejó de lado las carreras para dedicarse a la pastelería. Al menos sus fans, quedarían con el nuevo documental de ESPN hasta que Jin vuelva a las carreras.
Así que ahora, tenían tiempo para ellos lo cual era deleitoso para amboss, el estar juntos lo disfrutaban.
Es un día perezoso, Jin no abre la cafetería hasta a eso de las 2pm por ser domingo y Nam no tiene mucho trabajo pendiente desde que su esposo se retiró, lo cual los tiene tumbados en cama solo con ropa interior, Jin descansado su cabeza sobre el muslo de su esposo mientras este le aplica una mascarilla de aguacate en su rostro mientras una de colágeno reposa en sus labios.
El suave murmullo de la televisión se escucha, ellos ven modern family, se hacen mascarilla y ríen compartiendo el desayuno, todo es bonito.
-Nam- el mayor habla haciendo que el contrario tuerza su boca inconforme pues la mascarilla de colágeno se movió de su sitio llevando consigo un poquito de aguacate, Jin solo puede reír.
-¿Qué?- pregunta, tajante, agregando más aguacate.
-¿Nunca has pensado en agrandar la familia?
-¿Un perrito? -confundido, observa a su esposo.
-Yo hablo más de un hijo.
Parpadea, mirando con asombro a su esposo, el aguacate pasa a segundo plano cuando la pregunta fue dicha, luego de unos segundos, parece salir de su trance.
-Sí, bueno sí, muchas veces, es linda la idea pero también algo imposible, somos en homosexuales y vivimos en Corea al fin cuentas.
Jin suspira, su brazo cae flojo sobre la cabeza contraria y se hunde un poco más en su regaso- Yo...Realmente quiero, es decir, pudimos casarnos fuera de Corea, podemos adoptar igual...¿No?
Nam no dice nada por un tiempo, solo se concentra es trazar pequeños círculos en el pecho desnudo de su esposo, mordiendo sus labios con ansiedad- Podemos...Creo que podemos intentarlo, ¿No?
El tema muere con una sonrisa y un beso cálido. Minutos después, Nam está retirando la mascarilla de aguacate para poner otra de miel y panela en polvo.
Sería un nuevo inicio.
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Mi serie fav es modern family soo 👉🏼👈🏼
Por cierto, ya subí la otra historia que comenzaré después de terminar Racing Jin, se llama amor color rosita pastel.
Muchas gracias por leer <3
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˗ˏˋ꒰ RACING JIN ꒱ ⁿᵃᵐʲⁱⁿ-ʲⁱⁿᵃᵐ
Fanfic🏎Ante las cámaras, Seokjin era el mejor en carreras de autos, Namjoon su excelente representante, detrás de estás, eran el hermoso matrimonio Kim.