CAPÍTULO 7: ¡SORPRESA!

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Me desperecé y miré el reloj. Las 10:00. Había dormido apenas cuatro horas y media, pero no estaba demasiado cansada. Fui directa al baño a ducharme y luego me puse un pijama para estar cómoda en casa. Cuando llegué al salón Cris estaba mirando el móvil con atención.

-Buenos días, Cris. ¿Todo bien?

-Si, voy a ir un momento al kiosco que han sacado una revista que me interesa mucho.

- ¿Una revista de qué? - dije algo extrañada.

-Sobre diseños, igual nos sirve para algún trabajo.

-Vale – dije algo confundida. - ¿esa prisa a que se debía? - pensé.

-Ahora vengo, ¿vas a querer algo?

-No gracias.

Cris salió por la puerta y yo fui a la cocina a por el desayuno. Cogí mi bol de leche con cereales y fui al salón donde puse la tele. Cinco minutos después sonó el timbre.

- ¿Ya te has dejado las llaves Cris? - grité.

Fui hacia la puerta y cuando abrí, allí estaba. Alto, elegante, con unos pantalones de traje, una camisa blanca y una corbata. Sus ojos brillantes me petrificaban y su sonrisa me quitaba el aliento. Nos quedamos observándonos durante unos segundos los cuales parecían minutos. Peter estaba ahí apoyando sus manos en el marco de la puerta y sonriendo.

- ¿Pe - Peter?

- ¡Sorpresa!

- ¿Qué haces aquí?

-Pues me dijiste que me echabas de menos, o eso creo recordar, así que me fui corriendo al aeropuerto y anoche cuando te llamé estaba allí, de ahí las voces que oías. Cogí el avión a las siete de la mañana y aquí estoy, aunque tengo que volver esta noche en otro avión.

-Pero... no te dije que te echaba de menos para que vinieras. ¿Cuánto dinero has gastado en aviones?

-Carol ¿en serio?

Me sentí estúpida por aquella pregunta. El chico que me gustaba había venido hasta mi casa desde Londres ¿y yo le decía eso? En ese momento me acerqué a él corriendo y le di un abrazo hundiendo mi cabeza en su pecho. Peter correspondió mi abrazo con fuerza y estuvimos así un par de minutos, sintiendo la respiración del otro.

-Pasa, estarás súper cansado.

-No creas, he dormido en el avión.

-Madre mía, estás fatal.

- ¿Por qué?

-Me sabe fatal que hayas venido aposta, yo no quería que ...

-No digas nada, Carol. He venido porque egoístamente necesitaba verte, estaba volviéndome loco. Después de enfadarnos, estuve pensando sobre nosotros y sé que nos conocemos desde hace poco, pero...

-Peter, no hace falta que digas nada.

En ese momento sin pensarlo dos veces me acerqué a su cara y le di un beso lento y suave. Él al principio no se lo esperaba y se quedó quieto, pero enseguida reaccionó correspondiendo ese beso el cual empezó lento y siguió con un beso apasionado y con ganas de algo más. Pero era demasiado pronto para ello - pensé.

Cuando nos separamos, nos miramos, cerré los ojos y apoyé la frente en el pecho de Peter.

-Dios, perdón si...

- ¿Perdón? Es lo mejor que me ha pasado esta semana, bueno y este mes e incluso en toda mi vida.

-jajá, que exagerado eres.

ENAMORARSE ESTÁ DE MODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora