CAPÍTULO 10: TODO BAJO CONTROL

42 31 3
                                    


Ese domingo me levanté muy poco animada. Lo primero que hice fue retirar la cortina y asomarme por la ventana. ¿Nunca os ha pasado que dejáis la mente en blanco (o por lo menos lo intentáis) y la mirada perdida hacia el horizonte? ¿Qué intentamos conseguir con eso? ¿Calmar nuestro dolor? O quizá integrarnos entre la gente de la calle; porque eso es lo que veía mientras centraba la mirada en un punto fijo. Gente andando de un lado a otro y coches pasando, ¿Dónde irían? ¿Qué pensarían? Preguntas sin sentido son las que me hacía en ese momento, para no tener que pensar en él... en Peter. ¿Por qué las cosas no son más fáciles? Yo no veo tan difícil, vivir y ser feliz. Pero se ve que la vida tiene que ponerte las cosas crudas para que todo sea más interesante. Cuando todo parece que va a ir bien, llega el humor negro de la vida y pasa algo. Estamos como en una serie de televisión donde la felicidad absoluta no existe, siempre hay problemas, siempre discusiones y siempre dudas existenciales. Quizá la vida sería demasiado aburrida si todo fuese perfecto, ¿no?

Volví a cerrar la cortina, dejé de mirar a un punto y me olvidé de tener la mente en blanco y allí estaba yo, en una habitación de cuatro paredes no muy grande; sin embargo, yo sentía que era una hormiga en una habitación gigante y que estaba perdida y no sabía por dónde salir.

Entonces, escuché la puerta y salí de mis pensamientos tristes y negros.

- ¿Carol? Nena, ¿puedo entrar? - escuché a través de la puerta.

Yo no contesté, sentía un vacío en la garganta, como si intentara hablar y el sonido no consiguiera transformarse en palabras.

La puerta se abrió muy despacio y Cris asomó poco a poco su cabeza.

-Buenos días. - dijo sin más.

-Buenos días. - dije en una tonalidad totalmente neutral, sin ápice de alegría o tristeza. Un simple "buenos días" que no iba a aportar nada nuevo a la vida.

- ¿Cómo estás? Oye Carol ... - dijo mientras se acercaba a mí y me señalaba la cama para que me sentara. - ¿Podemos hablar?

Asentí mientras me colocaba en la orilla de los pies de la cama. Cris se acercó y se sentó a mi lado.

-Carol, antes de que digas que no, en serio, tenemos que hablar. ¿En qué momento se nos ha ido todo esto de las manos? No puedes estar así por un chico que conociste hace poco.

Mi amiga tenía razón, pero con mi forma de ser, era muy difícil que algo así no me afectara. Yo misma sabía qué hacía un par de meses que había conocido a Peter, sabía que no era el tiempo suficiente para sentirme así de mal... pero ¿quién establece un tiempo para todo esto? Da igual, dos semanas, tres o varios meses; cuando alguien te gusta de verdad, da igual el tiempo que haya pasado. Simplemente duele.

-Duele. - dije.

-Me imagino que sí. - me dijo Cris agarrando mi mano. - No iba a decirte nada para no hurgar en la llaga, pero cuando te fuiste, Peter nos dijo que todo había sido de repente, que no le dio tiempo a avisar y que no puede perderte, porque le gustas demasiado.

Miré a Cris y una lágrima cayó por mi mejilla. Entonces ella se acercó a mí y me abrazó.

-Carol, sabes que yo no soy muy partidaria de las historias de amor. Pero creo que deberías hablar con él. ¿De verdad crees que esto debería terminar así?

- ¿Esto? ¿Y qué es esto? No tenemos nada.

-Ese es el problema. No habéis definido lo vuestro. Me da igual si sois amigos, pareja, conocidos o lo que queráis ser. Pero definidlo. No tiene que tener una etiqueta como tal, pero tenéis que aclarar vuestros sentimientos. Si no te importara no estarías así. Y si no le importaras, ¿de verdad crees que cualquiera viene de Londres adrede unas horas para ver a alguien?

ENAMORARSE ESTÁ DE MODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora