CAPÍTULO 9: UNA LÁGRIMA PERDIDA

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A la mañana siguiente, apagué el despertador con los ojos aún cerrados. "Que mal, hoy no puedo con mi vida" pensé. Me desperecé y me dirigí hacia el baño. Seguí todo un ritual: desayunar, arreglarse, preparar mis cosas y salir de casa con mi amiga Cris.

Mientras, al otro lado del charco, Peter estaba con los ojos totalmente abiertos mirando el techo. Tenía una reunión en dos horas, pero no le apetecía nada levantarse de la cama. Allí vería al padre de Laura y le tocaría "hacer el papel". Se levantó de la cama con una idea fija, - "aquello tenía que terminar" – pensó.

-Buenos días – les dije a mis amigas que esperaban en la puerta de la facultad.

-Holiiiis chicas – dijo Adele con energía.

-No sé cómo puedes estar todas las mañanas, tan contenta, de verdad – dijo Cris.

-No estoy todos los días contenta, es que tú nunca lo estás, jajaja – rio mientras Cris le sacaba la lengua.

Nos dirigimos a nuestras respectivas clases y a la hora de comer nos reunimos en la cafetería.

-Oye Carol. ¿Te acuerdas de aquella oferta de trabajo a la que me apunté? – dijo Cris.

-Si, ¿por?

-Me han llamado antes estando en clase. Me han dicho que necesitan bastante personal, ¿te apuntas conmigo? El dinero siempre viene bien.

-Y tanto que viene bien, sobre todo para pagar el alquiler. ¿Para cuándo sería?

-Para este finde que viene.

-Pues perfecto, así, todavía no estaremos en exámenes. Vale, pues apúntame.

-Perfecto. ¿Y vosotras chicas?

-Puf, yo estoy reventada y lo bueno de vivir con mis padres es que me libro de un alquiler. – dijo Adele.

-Morruda, jaja – dijo Verónica. – Pues apúntame a mí también Cris. Así voy ahorrando para mis cosillas.

-Pues ya tenemos plan para el finde. ¿A qué hora es? – dije.

-Pues es el sábado, a la hora de la cena. Se supone que estaremos sirviendo copas y canapés a gente rica.

-La verdad que me da bastante vergüenza, pero necesito el dinero, no quiero estar pidiéndole a mis padres cada X días.

-No te preocupes, si es por vergüenza, no vas a tener que ver a esa gente pija y repipi nunca más. – dijo Adele.

-Eso es cierto, jaja – rio Cris.

Mientras en Londres, había llegado la hora de reunirse con algunos inversores y con el padre de Laura.

-Señores, tomen asiento por favor. – dijo el padre de Peter.

Todos fueron sentándose alrededor de una mesa ancha y larga color gris con patas de hierro en forma de U.

En ese momento entró Laura a la sala y se sentó al lado de Peter; ambos padres sonrieron. Aunque el padre de Peter sí sabía que no estaban juntos, aún tenía la esperanza de que lo volvieran a intentar. Laura tomó asiento y le dio un beso a Peter en la mejilla; éste sonrió para que la gente de la sala no viera un gesto malhumorado en su cara.

La reunión duró tres horas más o menos y cuando ya estaban todos recogiendo sus carpetas, uno de los inversores dijo:

-Me alegra que al final hayamos llegado a un acuerdo.

-A mí también. – dijo el padre de Peter.

-Bueno, ¿entonces nos vemos el sábado en el desfile? – dijo el padre de Laura.

ENAMORARSE ESTÁ DE MODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora