Capítulo SeisLas Puertas del Tarot

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Originalmente estos naipes fueron de metal o de cuero duro, y usados más tarde para el juego, tal como se lo propusieron los sacerdotes egipcios. Por que ellos sabían que la raza humana no moriría nunca y así sus misteriosos naipes serían usados sin saberlo por los bárbaros como un medio de trasmisión, a través del tiempo, de los más sagrados y ocultos resultados conseguidos por la antigua sabiduría de Egipto.
Mouni Sadhu, The Tarot.
Un mazo de barajas de Tarot se compone de setenta y ocho cartas. Cincuenta y seis de éstas divididas en los siguientes palos: bastos, copas, espadas y estrellas, equivalentes a los conocidos de las barajas comunes. Las veintidós restantes son los Triunfos del Tarot, una curiosa colección de figuras simbólicas.
Sé que existe un juego de Tarot, pero jamás lo he visto jugar. La persona que conocí y que poseía un juego de barajas de Tarot estaba aprendiendo a adivinar la suerte a partir de los naipes. Ella seguía una antigua tradición. Entre los gitanos auténticos o no, el Tarot tiene una merecida reputación como medio para adivinar la fortuna.
Cada palo está numerado del as al diez, pero tiene cuatro figuras en vez de las tres de las barajas corrientes. Estas cuatro figuras son el Valet, el Caballero, la Reina y el Rey. Cada carta tiene una serie de asociaciones tradicionales, que en general cambian cuando la carta se coloca del revés.
El Cuatro de Espadas, por ejemplo, significa soledad, retiro o abandono cuando sale con los pies para abajo. Pero del revés, significa economía, precaución o regulación de los gastos.

Estas consideraciones solo se aplican a los Arcanos Menores. Los Arcanos Mayores, como se denomina a los Triunfos, tienen el mismo significado de cualquier modo en que aparezcan.
Si bien el tema es fascinante, me alejaría de mi objetivo si entrara aquí en detalles sobre los métodos para la adivinación de la suerte. Sin embargo, quizá tenga importancia para la cuestión de las operaciones astrales mencionar que una de las razones de la popularidad del Tarot en este campo es que los Triunfos, gracias a su valor simbólico, pueden tener un efecto muy estimulante sobre la intuición.
Solamente los Triunfos son usados como Puertas Astrales. Desafortunadamente, no todos están de acuerdo acerca de cómo debe ser el aspecto de estos Triunfos. Si la tesis de Sadhu es correcta, presumiblemente los sacerdotes del antiguo Egipto conocían la respuesta. Pero en los años trascurridos, los detalles sobre el diseño se han modificado, y existen numerosos juegos diferentes de Tarot.
Si bien esta situación era previsible, se complicó aún más debido a los intentos de los ocultistas modernos por restaurar en forma exacta el antiguo simbolismo. Los diseños del libro de Mouni Sadhu5 fueron realizados — posiblemente según sus instrucciones — por la señora E. G. Lucas de Melbourne. Aleister Crowley utilizaba los diseños de Lady Harris, que eran variaciones sobre el tema, y A. E. Waite produjo otra baraja en asociación con la casa editora Rider & Co.
Y así existen en los comercios numerosos juegos diferentes. El que yo poseo proviene del Grupo de Investigaciones Metafísicas de Archers' Court, Hastings. Su fealdad medieval me espanta, pero su simbolismo debe ser razonablemente exacto, debido a que funciona.
Los Triunfos están numerados de cero a veintiuno, de la siguiente manera:
0. El Tonto. Un hombre, con barba, de rostro delgado, que camina por el campo. En su mano derecha lleva un cayado. En la izquierda, una vara apoyada sobre su hombro derecho. Atado a la vara, un pequeño fardo con sus pertenencias. Un perro travieso le mordisquea los pantalones en el trasero. El Tonto lleva un collar de campanillas, cinco de las cuales se cuentan en el naipe.
1. El Mago. Este nombre puede designar a un Magus o a un conjurador. Mi juego muestra al primero, si bien otros juegos son diferentes. El Mago está de pie detrás de una mesa baja sobre la cual se hallan diversas herramientas propias de su oficio. Una de sus manos está alzada y sostiene una pequeña vara. El borde del ala de su enorme sombrero dibuja el signo del infinito.
2. La Gran Sacerdotisa. Es una compleja colección de símbolos. La Sacerdotisa está sentada entre dos pilares en los cuales aparecen las letras BOA y JAK, presumiblemente los nombres masones Boaz y Jakim en forma abreviada. En su cabeza luce una tiara lunar, con un disco o globo en el centro. De ésta cae un velo, que no llega a cubrirle el rostro. Sobre su pecho hay una cruz de brazos iguales (elemental); en la mano sostiene un rollo de papel, parcialmente oculto tras el velo. Las letras TORA aparecen sobre el rollo, probablemente como una referencia a las Escrituras hebreas. A sus pies, parcialmente oculta bajo el largo manto, aparece una luna creciente.
3. La Emperatriz. Una mujer que luce un manto y una corona, y que sostiene un cetro terminado en un globo. Sobre éste hay una cruz elemental, y más arriba una Cruz del Calvario. La Emperatriz en su trono se encuentra en medio de un paisaje agradable y rural, con un campo sembrado a sus pies. Junto al trono aparece un escudo en forma de corazón sobre el cual se despliega en forma prominente el signo astrológico de Venus.
4. El Emperador. Una figura poderosa, con corona y barba, sentada sobre un trono enorme o impresionante. Cada brazo del trono termina en una cabeza de carnero, mientras que las esquinas del respaldo terminan con las figuras de dos serpientes rampantes. En su mano izquierda el Emperador sostiene un orbe, con una Cruz montante. En la mano derecha lleva un cetro cuya forma es la del ankh egipcio.
5. El Hierofante o el Papa. Sentado entre dos pilares con dos ministros arrodillados a sus pies, el Hierofante mitrado levanta su mano derecha con el clásico gesto de la Bendición Papal. Estampada en el dorso de su mano aparece una pequeña Cruz de Malta. En su mano izquierda lleva un bastón que termina en una triple cruz, y estampada sobre el dorso de esta mano aparece una pequeña cruz griega.
6. Los Amantes. El eterno triángulo de un hombre flanqueado por dos mujeres. Sobre ellos, una figura de Cupido, enmarcada por un sol flamígero, en el momento de disparar una flecha. La interpretación tradicional de este naipe es la del Hombre atrapado entre el Vicio y la Virtud, mientras el Amor intenta matar al Vicio. Otra interpretación adicional fue desarrollada en términos por lo menos más esotéricos por el cabalista MacGregor Mathers.
7. El Carro. Un joven conquistador coronado conduce un carro de guerra cúbico tirado por dos caballos blancos. En su mano derecha sostiene un cetro, mientras que sobre cada uno de sus hombros aparece una cara vuelta hacia arriba. Directamente frente a los caballos hay una flor, posiblemente una rosa. Sobre el carro hay una insignia en forma de corazón con las letras A G Z, cuya interpretación me supera.
8. La Justicia. Una mujer coronada sentada en un trono cuyos montantes están formados por los clásicos e idénticos pilares. Su mano derecha sostiene en alto una gran espada y su izquierda una balanza, perfectamente equilibrada.
9. El Ermitaño. Un anciano ligeramente encorvado que luce barba y un amplio hábito de monje. El Ermitaño lleva una lámpara en su mano derecha. En la izquierda, una vara o cayado que se curva en el extremo superior para desaparecer entre sus ropas.
10. La Rueda de la Fortuna. Los dibujos de este naipe son tan rústicos que hacen su interpretación prácticamente imposible. La Rueda es un artefacto tosco con un eje entre dos montantes. En mi juego muestra seis rayos, pero Mathers insiste en que siete es el número correcto. Dos animales están atados a la Rueda: uno desciende mientras el otro asciende. A primera vista, los animales parecen ser perros, pero también podrían ser monos; uno de ellos al menos da la vaga impresión de tener una cola de pez. Sobre la Rueda se halla otra figura igualmente difícil de definir, coronada y portando una espada. Mathers la describe como un ángel o una esfinge. También podría ser un mono, un hombre o un perro.
11. La Fuerza. Una hermosa mujer cubierta con un manto, que luce un sombrero muy similar al del Mago de la Carta Número Uno. La mujer, aparentemente sin esfuerzo, sujeta las fauces de un león salvaje.
12. El Hombre Colgado. Una de las cartas más curiosas y fascinantes del Arcano Mayor. El Hombre cuelga de un pie de una rústica estructura rectangular compuesta de tres ramas de árbol toscamente trabajadas. Sus manos están atadas a su espalda de modo tal que la posición de los brazos y la parte superior del cuerpo forma un triángulo. Su pierna derecha (libre) está doblada de modo que forma una cruz con la izquierda. En una oportunidad vi a un fakir hindú colgado en una posición casi idéntica, como parte de su entrenamiento yoga.
13. La Muerte. La parca es un esqueleto equipado con una guadaña con la cual siega una gran cantidad de cabezas, manos y pies humanos que crecen en un prado.
14. La Temperancia. Un ángel alado, que viste un manto, vierte un líquido de una jarra a otra. En su frente aparece una insignia de seis puntas, probablemente un símbolo solar.
15. El Demonio. Un demonio con cuernos y con alas de murciélago, de pie sobre un pequeño altar circular. Sus pies son como garras y en su mano izquierda sostiene una espada corta y chata. Amarrados al altar aparecen dos demonios más pequeños.
16. La Torre Destruida por el Rayo. Otro símbolo curioso y fascinante. Una pequeña torre de ladrillos con tres ventanas, cuya parte superior, en forma de corona, ha desaparecido, aparentemente por el efecto de un rayo, pese a que el sol brilla y el cielo se ve claro. De la parte superior surgen llamas y caen piedras. Dos hombres caen cabeza abajo. Según Mathers la actitud corporal de uno de ellos forma la letra hebrea Ayin.
17. La Estrella. Una hermosa mujer desnuda arrodillada que vierte el agua de dos vasijas en el suelo. Directamente encima de su cabeza aparece una enorme estrella de cinco puntas rodeada por otras siete, ligeramente más pequeñas.
18. La Luna. La Luna brilla sobre un río a cuya orilla aúllan dos perros (o bien un perro y un lobo). Junto a los anímales hay dos torres y debajo de la pata de uno de ellos se despliega un rollo de papel con las letras M. A. Saliendo del río en dirección a la orilla aparece un cangrejo.
19. El Sol. Un Sol flameante domina esta carta. Brilla sobre un campo de girasoles detrás de una pared baja. En primer plano un niño desnudo montado sobre un caballo blanco, lleva un estandarte.
20. El Juicio. Un ángel volador hace sonar una trompeta a la cual está sujeto un estandarte con la cruz elemental. Debajo, los muertos se levantan de sus tumbas, blancos y desnudos.
21. El Universo. Una corona de laurel con una flor en cada punto cardinal, rodea a una figura femenina (o hermafrodita) cubierta por un pequeño velo y que lleva una vara corta en cada mano. Una de las piernas de la figura está cruzada sobre la otra de modo semejante al del hombre colgado. Más allá de la corona, en las esquinas del naipe, se ven (en la parte superior) un ángel o un hombre, y un águila, y en la parte inferior, un toro y un león.
Es posible que los malos dibujos de un juego de Tarot — y los míos son indescriptiblemente malos — tengan escasa influencia sobre la utilidad de las cartas. Enfrentadas un diseño tosco, la mente completa sus propios detalles y colorido. Por suerte los detalles surgen de un nivel del inconsciente lo suficientemente profundo como para producir buenos resultados.
En sí mismo, el Tarot es un sistema notable para el estudio esotérico. Y en sí mismas, las cartas pueden ser utilizadas como Puertas Astrales. La técnica para hacerlo es aún más simple que la de las Puertas Elementales.
Primero elija su carta. Dedique un breve lapso a meditar sobre ella. Si estos símbolos se remontan o no al Egipto de los faraones es un hecho que está en discusión, pero sin duda alguna son muy antiguos. Como tales, merecen investigación.
Una vez familiarizado con la carta, cierre los ojos y visualice la escena. Dedíquele el tiempo necesario para retener todos los detalles y lograr que la escena se vuelva lo más vívida posible. Auméntela de tamaño y luego "atraviésela" y siga caminando.
Las precauciones que debe adoptar son idénticas a las que tomó con las Puertas Elementales. La carta es su entrada y su salida del Plano Astral. Mientras se halle en su nuevo ambiente, marque y recuerde su situación.
No entraré en detalles acerca de los viajes del Tarot. Posiblemente a esta altura se encuentre en condiciones de descubrirlos por sí mismo. Pero sin embargo mencionaré que, según mi experiencia, estas Puertas tienden a producir visiones bastante más vívidas — en términos de episodios — que muchas de las demás.

BRUJERIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora