[One Piece Week 2021]

Día 6: Familia

Presencia de AU y un poco de OoC

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Saben eso de que a la chica linda nunca quedaba con el chico malo, pues es mentira. Yo, Bartolomeo me quedé con la chica linda de la Universidad. Ella con buenas notas, en cuadro de honor, amable y otras cosas así, se quedó conmigo.

Al menos si puedo decir que es algo bueno y verdadero, porque se ve que me quiere de corazón y no como las demás que te ven como objeto para aprovecharse de ti.

Pues feo no estoy, aunque increíblemente guapo tampoco.

Hoy iba a visitar a mi chica ____. Me dirigía a su casa para conocer a su familia. Antes quería invitarla a mi casa pero los pósters que tenia en mi habitación serian bastantes extraños para ella. Admiraba demasiado a una banda de peleadores y sus miembros eran tan espectaculares. Los "Mugiwaras".

Más que admiración era amor por cada uno de ellos, haría lo que fuera por los miembros. Luffy-senpai, Zoro-senpai, Sanji-senpai, Usopp-senpai, Robin-senpai, Nami-senpai, Franky-senpai y Brook-senpai.

Una vez cerca de la dirección me acomodé un mi ropa y mi cabello, no siempre me preocupaba de como me veía, siempre iba desarreglado y a veces la camisa la llevaba abierta.

— ¡Barto!— escuché el grito de _____, venia corriendo.

— ¿Estás bien?— la sostuve de los hombros cuando estuvo frente a mí. Ella asintió con rapidez.

—Toda mi familia va a estar presente— ahora estaba nervioso, ¿serán malos? ¿Estrictos?—. Antes de todo quiero que sepas que yo no comparto lazos sanguíneos con mi familia, así que nada de preguntas así— yo estaba haciendo una lista mental sobre eso, aunque era lo bastante estúpido como para que se me olvidara.

—No te preocupes, voy a estar bien, te prometo que para nada voy a alterarme o entrar en pánico— yo hasta cierto punto era considero bastante rudo y violento, iba a estar bien.

_____ sonrió y me tomó de la mano para guiarme. Las calles se veían bastante llenas. Era un día algo caluroso y ya me encontraba sudando un poco, por eso y por los nervios.

Después de unos minutos nos encontrábamos en la puerta de su casa, ella intentaba darme aliento y fuerzas.

— ¡Estoy listo!— dije con fuerza y me sonrió, abrió y entramos, me dirigió hacia el comedor donde se escuchaban risas de varias personas.

— ¡Ya llegamos!— avisó mientras me jalaba para ver a los demás, yo ni me fijé y me incliné para poder saludar apropiadamente.

— ¡Es un placer, me llamo Bartolomeo y soy la pareja de ____!— hablé con convicción y con los ojos cerrados.

— ¿Ese? No se ve muy sofisticado— se escuchó una voz femenina.

—Parece delincuente— se escuchó la voz de un hombre.