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Funshine regresó con Tuercas y le acarició el cabello.

F- Vámonos, pequeño.

De camino, ninguno se miraba y mucho menos se hablaban. Era un ambiente muy incómodo y raro.

Al llegar, Funshine tocó la puerta y Grumpy abrió con una sonrisa. Era raro verlo sonreír, pero cuando estaba con Funshine, las sonrisas sobraban.

G- Muchísimas gracias por cuidarlo.

Tuercas corrió dentro de la casa y abrazó por la espalda a Grumpy.

G- ¡Woow! Creo que está algo cariñoso, jaja.

F- Supongo... mmm... creo que ya me voy.

G- ¡Espera! No te vayas, puedes quedarte a comer si quieres.

Funshine volteó a ver a Tuercas y lo pensó por un rato.

F- No lo sé...

T- Po favr, quédate a comed.

G- Jeje, ves, Tuercas quiere que te quedes.

F- Está bien...

Pasaron la tarde comiendo la pizza que había pedido Grumpy porque claramente él no sabía cocinar.

F- Estuvo delicioso, jeje.

T- Me encantó.

G- Ya que no estabas muy bien, Tuercas, decidí pedir la pizza que tanto te gusta.

T- ¡Gacias!

Funshine solo quería irse. No quería arruinar el resto del día de Tuercas.

F- Saben, ya es tarde, mejor me voy.

T- ¡No te vayas! ¡Juguemos algo!

G- Eh, es una buena idea. Juguemos un juego de mesa.

Tuercas fue a su habitación y buscó algún juego de mesa divertido.

Al volver, traía en sus manos una cajita de madera pintada de un azul pastel.

F- ¿Qué es eso?

G- Es un juego que él y yo creamos una vez que no sabíamos qué hacer. Es bastante divertido.

T- Sí, es muy genial. ¡Te encantadá, jeje!

llamadas a diario  (Funshine X Grumpy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora