Capitulo I

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—¡Renuncio!— exclamaba una pelinaranja juntando sus cejas enfrente de su jefe, el cual no expresaba nada.

—¿Estas segura de querer renunciar?— cuestionaba el uranio con descaro —Digo, tus estudios y tu piso no se pagaran solos, y solo este trabajo te implementa para pagar todos tus bienes y te sobra dinero —

La pelinaranja estiro un papel delante del viejo uranio de su jefe teniendo como titulo su renuncia —No tengo nada mas que decir Yuugo —Respondio esta comenzando a caminar hacia la puerta

—Espera... Emma ¿Estaras bien?— cuestionó este mirando como esta tenia una mano en la perilla de la puerta sin decir nada

—Si. Estaré bien — comento esta sin darse la vuelta y abriendo la puerta

—¿Por que mientes? — cuestionó este sin recibir alguna respuesta y solo fue un suspiro, viendo como ella se iba— ¡Emma! — se escucho el grito del azebache dentro de su oficina —Maldita sea niña — bufo recostándose en su silla y viendo el papel de renuncia que le había dado la pelinaranja —Sin algún motivo de un día para el otro vienes y me pides la renuncia — comento el azebache, pensando —¿Aun te sigues culpando?— murmuró de ultimo mirando como su celular comenzaba a sonar

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Emma caminaba por los pasillos de la empresa a la cual trabajaba. Tomo el elevador para bajar a la planta de abajo e irse de ahí, de tan solo pensarlo al salir por la puerta principal ya no iba ser su trabajo.
Estaba en la planta número 7 y presionó el primer piso, al bajar este fue llamado al tercer piso donde se  detuvo. Las puertas del elevador se abrieron dejando ver a tres persona una de ellas era conocido por la pelinaranja. Este se acerco rápidamente a ella y le abrazo

—Hola Oliver — respondió a su abrazo el beta le sonrió

—¿Que tal tu día?— cuestiono este mirándola

Las puertas del elevador se cerraron, Emma vio a dos personas mas metida ahí adentro, una alta de cabello oscuro teniendo una pequeña colita en lo que le sobraba de cabello largo y a su lado una chica rubia de larga cabellera

—Oye te estoy hablando— sintió un piqueteo en su espalda

—Ah, perdona, Si muy bien mi día. —Contesto con una sonrisa. — Me levante con buen humor, Renuncie, no hace menos de cinco minutos y ahora me iré a comer al restaurante cercano —Dijo carismática

El beta parpadeo varias veces al escuchar a su amiga —¿El uranio te dejara en paz? Digo todo este tiempo te estuvo cuidando como fueras su hija y...—

—Si, lo hará, al final solo me veía como otro empleado mas. Nada del otro mundo Oliver — contestó la pelirroja mirando como su piso llegaba —Bien, nos vemos otro dia— comentó Emma comenzando a caminar. Antes de salir miro a su costado encontrándose con la mirada de ese azebache que la miraba de reojo, ella parpadeo y aparto la vista saliendo del elevador y se dirigió hacia la puerta, saliendo del lugar.

Comenzó a caminar mirando a todos los locales, ninguno de su gusto, hasta que encontró un restaurante que conocía muy bien a los dueños eran dos gemelos.

—Bien... ¡Oh! ¡Emma! ¡Que gusto verte! ¿Que deseas pedir hoy?— cuestionaba un azebache mirando a la pelirroja.

—¡Lo de siempre Ciclos! — contestaba Emma dejando su chaqueta colgada alado de la puerta y entrando al negocio.

—¡Okey!, Un plato de ramen a la orden — contestó el azebache sonriendole .

—¿Y Barbara?— cuestionó esta al tomar asiento en el taburete que estaba delante del largo mostrador.

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