Todos los lados de mi amor por ti

Esos años que te creí perdido

Feng Xin x Mu Qing

Tags: UA - Divergencia con el canon / Oficial celestial Feng Xin / Demonio Mu Qing / Juego cuestionable con sustancias peligrosas

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Feng Xin sabe que es estúpido aceptar el desafío de un demonio que oculta su rostro tras una máscara y que, aunque se ha demostrado que es letal, aun no tiene una clasificación clara entre los oficiales celestiales por la poca información que se ha conseguido. El demonio Sheli, llamado así por sus diversas mascaras con rasgos de los grandes linces de las montañas, es un demonio misterioso de poca fama con el cual Feng Xin ha tenido la desdicha de encontrarse más de una ocasión.

Lo peor de todo es que las veces que se han encontrado, es demasiado obvio que el demonio venía por intereses personales que de alguna u otra manera terminan de alguna manera relacionadas y/o estrelladas (literalmente, una vez mientras Feng Xin estaba enfrentándose a un fantasma, de repente el cuerpo del demonio se estrelló contra el fantasma porque un enemigo suyo lo había lanzado lejos). Y en dichas ocasiones, dependiendo de si tenían algún enemigo en común o les beneficiaba juntar fuerzas, se unían. Y si no, Sheli solo se alejaba de él y le decía que no lo molestara.

No se conocían y como Sheli mantenía sus cosas ocultas, en ninguna de las misiones que a Feng Xin le tocaba resolver, aparecía como el gran orquestador, por lo que no tenía razón para aprisionarlo y Sheli desaparecía demasiado rápido incluso para saber sus intenciones. Así que cuando se topaban, era un cuestionable pero sorprendente fuente confiable de información, claro, si lograba que soltara la boca.

Era una relación rara, no podía considerarse amistad porque ninguno de los dos era particularmente amable con el otro, y aunque la definición de enemistad era cercana, al parecer no eran enemigos a muerte. Y eso molestaba mucho a Feng Xin, porque tenía cosas más importantes que ver, como las oraciones de sus creyentes, el sorpresivo cambio de su nombre por un estúpido monarca, buscar en el Reino Humano a Xie Lian, que preocuparse de las intenciones de un demonio que iba y venía, que se notaba que no lo soportaba pero que claramente se estaban encontrando demasiadas veces para que sea casualidad.

Y fue estúpido, exigió estas respuestas. Y Sheli solo lo miró (el cree, podía sentir sus ojos pero no ver sus ojos) y se alejó como un adulto que no va aguantar la rabieta de un niño. Pero Feng Xin presionó y persiguió hasta que Sheli perdió la paciencia y aceptó. Proponiendo un desafío para que no fuera ventajoso para uno solo.

Y aquí estaba, en un bosque en primavera, sentado en una almohada que el demonio Sheli le proporciono (casi como si fuera un anfitrión en una fiesta), frente a una mesa con diez copas de vino, y detrás de ellas, el mismísimo Shenli sentado igual que él.

Dentro de las pocas de vino hay un líquido oscuro, parecido al barro pero más líquido.

—Ya sabes, podrías decir que te retractas. No te juzgare —prometió con una sonrisa y un tono burlón el demonio Sheli. Hoy usaba una máscara que cubría la mitad superior del rostro, dejando a la vista su sonrisa fría.

—No soy de los que se rinden sin pelear.

—Bien —respondió, con ese tono suyo como si supiera que desde que Feng Xin acepto este reto, perdería—. Esto vamos a hacer, el líquido que hay dentro de las copas es una bebida que viene de unas tierras lejanas más allá del mar. Dentro de una de estas copas junto con el brebaje también hay un veneno corrosivo, inoloro e insípido. En tu caso no te matara si lo bebes, pero te causara un gran dolor.

>> Ya que quieres preguntar quién sabe qué cosa, tu elegirás una copa, la bebes y sino sientes dolor, haces tú estúpida pregunta y yo responderé sin mentiras ni engaños. Lo mismo va para mí, elegiré una copa, la bebo y luego pregunto, me respondes sinceramente y así. El juego termina cuando uno de los dos beba el veneno.