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STARK EXPO. FLUSHING, NEW YORK
LOS FUEGOS ARTIFICIALES comenzaron a iluminar el cielo nocturno de la ciudad que nunca duerme. Resonando y siendo molestos para muchas personas. Pero una gran celebración se estaba llevando a cabo en las calles de Queens.
La Expo Stark.
La Expo Stark invocaba a las mentes más grandes de todo el mundo unirse y tratar de desarrollar nuevos inventos con el fin de mejorar la calidad de vida de la humanidad y del mundo en el futuro. Había sido creada por el gran Howard Stark en 1943 hasta 1974, siendo reanudada por Tony Stark en 2010. Seis meses después de revelar ser el creador de Iron Man.
Era una gran noche.
El ingeniero caía por el vacío de la noche nocturna. Sintiendo la adrenalina recorrer sus venas. Daba gracias a Dios por comenzar a espabilar la resaca que llevaba hace un rato. Vomitar todo en el retrete había servido de mucho. Aunque emitió un quejido al saber que Zelena presenció tal asquerosa escena.
Si la pelinegra continuaba con él después de eso... merecía todo en la vida. No era para nada sexy ver vomitar a alguien.
Zelena...
No era tan extraño entre ellos. No habían oficializado lo que sea que traían entre manos. Querían darle tiempo, o eso verbalizo la pelinegra. Tampoco... eh... no habían subido de nivel. Es decir... se habían besado.
¡Dios! Las sesiones de besos eran tan ardientes que después ambos quedaban doloridos de excitación, pero tenían a la pequeña Iris rondando siempre.
Porque vamos... Zelena era preciosa, besaba espectacular y Tony se sentía como un adolescente hormonal estando con ella.