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Después de haber comido, haber descansado un poco, tomo mis cosas y es hora de irme

Aún tengo muchos más lugares para fotografíar...

[>>>]

—¿Quisiera quitarle el babero? —Dije mientras veía a la bebé de apenas un par de meses, mirando todo a su alrededor tal vez muy confundida

La madre, una mujer que se ve que es sumamente adinerada, se acerca a la pequeña y le quita el babero, la miro y comienzo a fotografiar, de vez en cuando hago unas cuantas señas o trato de llamar la atención de la bebé

Sigo tomando las fotos, hasta que la pequeña bebé comienza a llorar, la madre parece muy entretenida en el teléfono que ni siquiera se percata que la bebé llora, yo solo la miro y quiero gritar del estrés

—Señora, su bebé está llorando, haga algo —Dije mirando a la mujer, ella solo se da la vuelta y me mira un poco... Sin importarle

—Dale su juguete o...

—Yo solo estoy tomando fotografías, no tranquilizando hijos que no son míos, así que si me hace el favor de ver a su bebé, se lo agradecería —Dije mientras la miraba mal, la mujer solo rueda los ojos y se acerca a la bebé

—No tienes que...

—Señora, yo no hago trabajos como estos, no hago sesiones de fotos para niños, trabajo con profesionales, le pido respeto a mi trabajo —Dije y la mujer de mala gana me mira y asiente, calma a la bebé y la deja para que pueda tomarle las fotos

Mientras continúo fotografiando, escucho la puerta sonar con aquella campanita que hay, miro sobre mi hombro y puedo ver a Ilegna, con una bolsa de papel con lo que probablemente sea un almuerzo

Me apresuro lo más que puedo y termino las fotografías, habló con la mujer para decirle los detalles del trabajo y quedamos en que mandaría los detalles por un mensaje de texto, ella se va y yo me acerco a Ilegna

—¿Y eso? Tú no haces sesiones con bebés —Dijo mientras se acomodaba en un taburete de ahí, coloca la bolsa de papel sobre la mesa y la abre

—Si, pero es una mujer rica y pidió demasiado una sesión fotográfica para su bebé, es la esposa de un político, por eso el pago —Dije mientras tomaba una de las cajitas de comida, Ilegna había traído comida italiana

Hoy me encontraba en mi estudio fotográfico, aquí, solía realizar alguna sesiones pequeñas, fotos para campañas que necesito e imparto los talleres de fotografía que doy, es mi espacio de trabajo... Me costó mucho ponerlo en marcha, ya que al inicio, no tenía dinero para algo así

—¿Cómo te fué con tus fotografías ayer? —Me pregunta Ilegna mientras come un poco su ensalada verde, yo solo la miro con un poco de desagrado

Si yo tuviera la dieta de Ilegna, hubiera muerto de hambre en un día de haberla empezado

—Bien, tome muchas fotos que estoy por revelar, corrí con suerte, no había tantos turista impertinentes —Dije con gracia, Ilegna solo ríe —Ah, de hecho ayer encontré una mochila, al parecer alguien la olvidó en la iglesia —Dije mientras veía la mochila que estaba en una de las sillas de la esquina

—¿Y qué piensas hacer con esa mochila? —Me pregunta curiosa mientras mira también la mochila, se levanta del asiento y se acerca a la silla

—Pues devolverla, ya la revise un poco y hay una identificación, mañana mismo la entregaré —Dije mientras también me acercaba a la mochila y la abría, saque la billetera y se la enseñe, dejando ver a su amplia vista, la identificación del chico, Ilegna saca la identificación y abre sus ojos con sopresa

—¡Pero que guapo hombre! —Dice ella mientras lo mira, yo solo dejó salir una risita —¡Pero mira nada más! Se ve guapísimo y más con esa cara sería, todo un chico malo o...

—¿O por qué no dejas de imaginarte cosas así? —Dije con gracia, Ilegna solo ríe

—Es que... En verdad es guapo, pero ¿Ya viste dónde vive? Es casi al otro lado de la cuidad —Dijo mientras seguía examinando la identificación

—Si, lo sé... Pero tendré que tomar más autobuses —Dije mientras me sentaba en mi silla y comenzaba a comer mi almuerzo, Ilegna dejo la identificación en su lugar y dejó la cartera

—¿Y por qué tanta urgencia en devolverla? Se que te gusto la foto del chico, pero...

—No es eso, es por el cuaderno que hay ahí...

Por una fotografía||Christopher Vélez||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora