#26

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Mientras Ilegna revisa los cuadernos, las fotografías, nota la bufanda y comienza a reconocer los dibujos de su amiga, sabe que el tipo es un demente

Desde la noche que se acercó a besarla, desde que descubrió que la carpeta de búsqueda de Agatha había sido cerrada por contactos de más arriba, por un tal Leonardo Vélez, Ilegna comenzó a conectar todo

¿Por qué el padre de Christopher pediría que cerraran el caso? ¿Por qué Christopher ya no seguía buscándola? Agatha tenía apenas dos meses desaparecida, perfectamente la pudieron haber encontrado, si tanto la amaba, él debería haber movido cielo, mar y tierra por encontrarla, no abandonar la búsqueda así

Ilegna revisa, sigue buscando por la habitación, busca en el estudio dónde Christopher hace sus dibujos, pero nada, ningún indicio de dónde puede estar Agatha
Su cabeza trata de pensar un poco, si no consigue nada ahora, ella será la que estará en la boca del lobo
Se agacha a buscar debajo de la cama, pero no ve nada sospechoso
Sale de la habitación y ve a Christopher, tratado de despertar, Ilegna no sabe que hacer, así que corre al baño y se encierra, se esconde en la bañera, tiene miedo, mucho miedo de Christopher

Busca su celular y rápidamente manda un mensaje a una de sus amigas de la agencia de modelaje

"Ashley, por favor, llama a la policía y mándala a esta dirección, estoy en peligro"

Mande Agatha junto a su ubicación en tiempo real, se escuchan los quejidos de Christopher y como arrastra los pies hacia la habitación

—Maldita Ilegna estúpida —Dice Christopher con enojo, al no verla ahí, él supone que ya se ha ido, ya que no se escucha por ningún lado, Christopher se dirige hacia la habitación, Ilegna puede escuchar como sus pasos guían hacia la habitación, segundos después, un espantoso ruido de algo pesado siendo arrastrado en el suelo, después un ruido de llaves, Ilegna se quita los tacones, coloca una toalla de baño sobre el lavabo y los deja ahí, tratando de no generar el más mínimo ruido

Abre con mucho cuidado la puerta, puede ver directamente la habitación de Christopher, ve la cama recorrida y una compuerta abierta, segundos después, Ilegna comienza a escuchar llantos, gritos, súplicas y golpes, eso la asusta, pero se acerca a la habitación

—¡Es tu culpa! ¡Tu maldita culpa! —Grita Christopher mientras golpea a Agatha, desquitando se enojo y marcando se cuerpo

Christopher dejaba caer puño tras puño, Agatha solo callaba aquellos gritos desgarradores en el pañuelo, mientas sentía el inmenso dolor por todo su cuerpo, Christopher parecía utilizarla como saco de boxeo
Agatha estaba cubierta de sangre, ya ni siquiera podía gritar, no había centímetro del cuerpo que no le doliera, que no estuviera marcado, que no sintiera

Christopher se acerca a ella y le quita el pañuelo, de la boca, dejando ver aquellas marcas moradas del pañuelo en las comisuras de la boca, de sus labios escurría sangre, al igual que de su nariz, sus ojos apenas y se podían abrir de lo hinchado que ya estaban

—Te lo suplico, detente... No sé que fue lo que hice, pero perdón, lo siento, lo siento demasiado... Ten piedad de mi —Dice ella implorando por su vida, Christopher solo la mira con enojo

—¡No! ¡No te lo mereces! —Dice Christopher antes de soltarle un nuevo golpe en el rostro

Ilegna corre hacia la cocina y toma un cuchillo de ahí, sin pensarlo más, se arma de valor y entra por la compuerta y baja la escaleras, pero Christopher parece cegado, golpeando a Agatha sin piedad

—¡Déjala! ¡Suéltala! —Grita Ilegna, Christopher se detiene, dejado a Agatha sobre la colchoneta apenas consciente, Christopher se da la vuelta y la observa, sus ojos están rojos, Christopher tiene sangre en las manos y su rostro está rojo el coraje

—Tú, eres una perra maldita —Dice Christopher mientras se trata de acercar a Ilegna, pero ella lo apunta con el cuchillo

—Siquiera intenta acercarte y te juro que lo vas a lamentar —Dijo Ilegna, miro tras de él, era Agatha quien estaba ahí, adolorida e indefensa, ni siquiera podía moverse

—¡Vamos Ilegna! ¡Ven aquí y acaba como Agatha! —Le grita él, pero ella solo lo mira con desprecio, imaginandose todo lo inhumano que Agatha debió vivir

—¡No me provoques! —Grita ella, Christopher solo niega y comienza a acercarse a paso lento a ella

—Por Dios Ilegna, no eres nada a lado mío —Dice él, ella solo empuña el cuchillo, camina rápidamente hacia él, apuntando al pecho, Christopher lo nota y la esquiva, pero por deseas, Ilegna dirige el cuchillo al muslo de Christopher y lo clava con la mayor fuerza posible, haciéndolo gritar de dolor, ella corre hacia la escalera y trepa, alcanzado a salir antes de que Christopher la derrumbará...

Por una fotografía||Christopher Vélez||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora