𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟖: 𝑳𝑶𝑺 𝑷𝑬𝑺𝑶𝑺 𝑫𝑬𝑳 𝑴𝑼𝑵𝑫𝑶

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"Feels like the weight of the world
Like all my screaming has gone unheard

And oh i kmow you don't believe in me
Safe in the dark, how can you see?"


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Cuarenta y cinco minutos después América seguía gritando e insultando, Robert intentaba hacer entrar a su primogénito en razón, Frances solo miraba a un punto fijo intentando comprender todo y por otro lado, muy tranquilas, Valerian y su madre, quien además de Tristan había sido la única en sonreír.

—¿Cuánto crees que tarde en explotarle la cabeza? — pregunto divertida la pelirroja a su madre, está solo le dio un leve golpe en la frente, declinando cualquier concepto de broma

—¡Esta inadaptada va a arruinarnos! — alcanzo a oír de su hermana, ella la miro con reproche y América continuo — ¿Acaso golpeaste tu cabeza Tristan? es la menos capacitada para manejar incluso un puto auto, Fran y yo somos a quienes debes cederle las acciones, llevamos años en esto

Ciertamente, Valerian no sabía absolutamente nada de gestionar un banco, había pasado su vida evadiendo esa responsabilidad, pero, al contrario de su blonda hermana, ella era rápida y mucho mejor a la hora de aprender.

—Es una decisión tomada Meri, cálmate un poco, gritar no resuelve los problemas — respondió el mayor en su modo mas zen.

La gemela gruño y miró con desespero a su igual — ¿tu no dirás nada?

—¿Qué se supone que haga, un berrinche? Tengo mejores cosas que hacer — dijo derrotado, todo el tema legal estaba agotando su vitalidad

Al ver que nadie haría nada, se acerco a pasos agigantados a Valerian, intentando intimidarla, cosa que no funciono, en su lugar ella elevó su mentón y mantuvo una expresión de gracia, no se espero, ni en un millón de años, que la tan "educada" América Hansen, le diera una bofetada. Un suspiro colectivo resonó asombrado junto con una risa de victoria de la retadora.

La pelirroja volteo a ver a su hermana y tomó de su bolsillo su "arma secreta", se acercó al escritorio y tiró las imágenes frente a su padre, el patriarca quedó estático y miró rápidamente a su hija esperando una explicación.

—Yo no seré quien arruine la empresa, esa será la zorra que tienes de hija — escupió — o espera... ¿ya sabias de esto padre?

Todos se acercaron a ver, era América con Jeremy, América con Richard en varias hojas impresas, muy deleitada en sus encuentros sexuales con ambos.

La ojiazul trastabilló dando bocanadas al aire esperando a que este le llegara a los pulmones, sus hermanos tenían consternación y pudor en sus miradas, su madre ocultaba su rostro en sus manos. Solo su padre enojado y Valerian gozando la miraban directamente.

El reflejo del asesino escarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora