𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟏𝟑: 𝑪𝑹𝑬𝑬𝑵𝑪𝑰𝑨 𝑪𝑰𝑬𝑮𝑨

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"Blind belief, are you afraid to see
That our fathers were wrong?
We hold the key to redemption
Let icons fall"


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La respiración se normalizó luego de un rato, el silencio que la rodeaba ayudó con eso. Se concientizo de que era solo otra alucinación, su mente torturándola una vez más, podía oír la música lejana que sonaba fuertemente a unos metros. Suspiro cuando ya no sintió el temblor en su cuerpo, su mirada se centro en el frasco de pastillas que se veía tenuemente en la guantera, algo que solo ella podría notar entre los papeles que la cubrían con sutileza.

Un golpe hizo que Valerian se sobresaltara, miro hacia la izquierda solo para encontrar a Mark riendo levemente del otro lado de la ventanilla, bramó algunos improperios antes de bajarla y sentir el frio viento chocando su rostro.

—¿Te encuentras bien? — curioseo el moreno

—Si... si, yo solo me sentí un poco mareada, necesitaba aire

—¿Sentada dentro de tu auto? — bromeó indeciso, recibiendo como única respuesta una volteada de ojos por parte de la pelirroja — Ok, déjame llevarte a casa, si aun te sientes mal no puedes conducir

Aunque le pareció un buen gesto, Valerian no tenia intenciones ni ganas de regresar acompañada, su lado de sociabilidad había quedado dentro del club, bailando entre las sombras de cada cuerpo y bebida.

—Mark estaré bien, puedo llegar sola, no dejes a los chicos allí — agregó con un tono de tranquilidad, al ver el asentimiento del chico, acomodo su cinturón y encendió el motor — Fue una noche agradable

El camino desde el club a su hogar era relativamente largo, lo que le daba tiempo para poder despejar la turbulencia de su mente, la radio sonaba en un volumen bajo y reconfortante, no fue hasta diez minutos después que noto algo extraño por el retrovisor, giro solo para comprobar su teoría y en efecto tenia razón ya que el auto que venia detrás continuo pegado a su trayecto, apretó por instinto el volante mientras aumentaba la velocidad.

Algo se instalo en su interior, el nerviosismo estaba apareciendo conforme avanzaba y no podía combatirlo aunque quisiera. Sentía que su cuerpo solamente reaccionaba a ello y cuando vio que se acercaba a la entrada de su calle la decisión se tomó en un segundo. Continuo conduciendo hasta la ruta que limitaba con el pueblo de Sleepy Hollow.

—Vamos... ¿Qué demonios quieres? — siseo en medio del huracán de adrenalina que estaba cruzando, cambio una vez más el rumbo yendo directamente hacia el Patriots park, teniendo la vaga esperanza de que la situación calmara.

Miro fugazmente el reloj del tablero, no había un alma fuera de su residencia, las 03:30 a.m. no era una hora disfrutable, no cuando el invierno azotaba y la neblina complicaba la visión. Maldijo varias veces más y cuando volvió a fijarse si su acosador estaba siguiéndola la pequeña luz de serenidad la colmo, bajo un poco el ímpetu al que iba al notar que solo estaba ella en medio de esa calle, una risa nerviosa escapo de su garganta «Solo estás siendo paranoica» concordó con Betty, movió sus hombros sacudiendo todo mal efecto causado, pero antes de que pudiera acercar su mano para subir el volumen un estruendo resonó en cada espacio del silencio.

El reflejo del asesino escarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora