DIARIO DE UN ROMPECORAZONES.

Veinticuatro.

Como parte de la reconciliación, quedamos en ir a la playa. 

Fuiste lindo y amable conmigo, todo lo que no me merecía. 

Así que dimos el gran paso.

En un hotel de paso.

Lo hice más por la culpa, que por seguridad.

Eras el segundo hombre y mi vida y yo la primera en la tuya.

Increíble.

Fue perfecto. 

Tus besos, todo.

Pero ahora sentía que me traicionaba a mí misma.

Porque no sentí más allá de perfección. Nada de amor.