HOJA EN BLANCO
Las palabras dejan de fluir en mi cabeza, la tinta con la que escribo deja de pintar y la hoja se queda en blanco, impoluta.
Así como me quedo muchas veces, en blanco, sin saber qué decir, con la mano sobre el papel sujetando con fuerza la pluma con la que quiero llenar los huecos vacíos.
Quiero, al menos intento dejar huella, marca. No ser de esas personas que pasan por la vida sin pena ni gloria. De esas personas que son olvidadas, borradas de la faz de la Tierra. Por eso muchas veces una hoja en blanco es el peor enemigo de un escritor.
¿Cuántas veces hemos pasado horas y horas frente a una hoja en blanco pensando qué escribir y las palabras no nos han salido? ¿Cuántas horas frente al ordenador con las manos sobre el teclado sin mover los dedos? ¿Cuántas veces nos hemos frustrado ante esa situación?
Los bloqueos son tan diferentes entre sí... pero todos ellos hacen igual de daño y nos resulta muy difícil salir. Esa sensación se queda en nosotros mucho tiempo, incluso cuando los hemos superado, temiendo volver a recaer en ese vacío, en esa hoja blanca que atormenta, que asusta.
No poder escribir, no saber cómo expresar esos miles de pensamientos que rondan por la cabeza, hacen que una parte de mi se pierda, desaparezca y se quede en el olvido. Esa esencia de mí, esa más personal, más íntima puede que ya no salga más a la luz y tengo miedo. Miedo porque creo que sin escribir no podría vivir.
Es una parte de mí imprescindible, no solo expresarme y mostrar lo que siento o pienso, sino dejar volar mi imaginación, creando mundos imaginarios e historias de personajes que necesito contar.
Pero a veces es necesario, necesitamos bloquearnos, quedarnos en blanco, frustrarnos y tener miedo. Porque ese miedo nos hace superarnos a nosotros mismos, nos hace querer sobrevivir y seguir adelante. Nos hace salir de la zona de confort y las palabras surgirán sin parar, soltando todo lo que ronda por nuestra mente.
Y lo que vendrá... No se podrá parar.
Tendremos la necesidad de hablar, de decir, de expresar, de contar...Y todo volverá a ser como antes. Esa sensación que nos llena por dentro recorrerá cada poro de nuestra piel, inundándonos y volviendo a sentirnos uno, en armonía con nosotros mismos. Siendo nosotros, sin barreras, sin obstáculos y sin hojas blancas vacías.
Solo hay que entender, que en la vida hay momentos en los que es necesario una hoja en blanco y otras una hoja llena de palabras. Es un círculo vicioso que se repite una y otra vez y del que no se puede escapar aunque queramos.
Esa es la vida de un escritor. A veces querer y no poder, y otras poder pero no querer. Pero lo más importante es buscar un equilibrio, una armonía con la que nos sentimos a gusto, por más difícil que sea y por más obstáculos que nos encontremos.
Así que ahora solo me queda esperar, esperar el momento en el que la inspiración vuelva a mí, el momento en el que las ganas y la ilusión vuelvan a mí. Porque tarde o temprano van a volver.
Ya está ocurriendo...
La hoja blanca y vacía comienza a tener retazos de tinta, de palabras inconexas que pronto cobrarán sentido.
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Mi mundo entre letras
Non-FictionHola lector@s!! Me llamo María he decidido comenzar ha escribir este blog para expresar todos mis sentimientos y sobre todo para plasmar mis pensamientos. Probablemente todo lo que escriba será porque me ha pasado o me esta pasando, a sí que sí, ser...