CHAFARIZ

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CHAFARIZ

Mis ojos empañados de lágrimas no pueden apartar la mirada de lo que tengo enfrente. Es mirarlo y un sin fin de recuerdos llegan a mi mente, reviviendo cada momento una y otra vez, como si fuera ayer. Es un lugar tan especial, tan mágico...

Cada vez que me siento y lo miro, vuelvo a ser una niña otra vez, puesto que cada vez que observo a mí alrededor siento que he vuelto atrás en el tiempo, que soy aquella niña tímida y vergonzosa. Y es entonces cuando me doy cuenta de la cantidad de cosas que han cambiado en mi vida. De la cantidad de cosas que he aprendido. Es un sentimiento inexplicable que con palabras no se pueden expresar.

Y ahora pienso, pienso en todo lo vivido, en todo lo que he construido, en la manera en que me ha ayudado a ser quien soy ahora... Y no puedo evitar llorar, llorar por la niña perdida que he dejado atrás que nunca quería crecer pero que con el tiempo tuvo que hacerlo, crecer y madurar, enfrentarse a la realidad, a la vida. Pero aún así, sé que puedo dejar la ventana abierta para cuando quiera volver y sentirme de nuevo esa niña. Pero es algo inevitable no sentirme así, no sentir ese nudo en la garganta y ese dolor en el pecho. He vivido tantas cosas...

No puedo explicar con palabras lo que siento, es como si una parte de mí ya no existiera, se quedará en este lugar para siempre. Sin opción a recuperarlo.

Y lo noto, mi cuerpo lo sabe, mi mente lo sabe, sabe que ya nada volverá a ser igual, que la imagen que tengo frente a mí no volverá a repetirse más. Así que miro arriba, a ese cielo estrellado improvisado. Miro arriba y respiro con fuerza, mentalizándome de que esa imagen no volverá a repetirse más. Miro a mi alrededor y a pesar de que este rodeada de gente, ahora mismo me siento sola. Como si solo estuviéramos él y yo, como si estuviera en una burbuja paralela. Aunque siempre me he sentido así cada vez que bajaba por estas escaleras.

Y me aferro a esta imagen, una mágica y especial para el recuerdo, aunque no puedo evitar que unas lágrimas se me salten, no puedo. Pero es el efecto que indirectamente deja este lugar, dejando una marca de fuego grabada en nuestros corazones y que seguirá brillando, cual cielo estrellado que hoy se ha formado, para siempre.

Así que vuelvo a respirar profundo, vuelvo a mirar y me limpio las lágrimas traviesas que surcan mi cara. No quiero recordarte así, no quiero. Quiero que cada vez que mire atrás en el tiempo una sonrisa se me dibuje, porque ese es tú efecto, el efecto que causas en cada una de las personas que te contemplamos. Así que sí, duele, pero no podía haber pedido tener un último vistazo tan mágico como este. Porque así como estás, así brillando bajo la noche oscura, así estando en todo tu esplendor, puedo decir a ciencia cierta que tú magia existe.

Gracias por darle luz a mi vida.

Hasta siempre Chafariz.

Mi mundo entre letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora