RETORNO

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RETORNO


La música se mete por mis oídos, invadiendo mi mente, mis pensamientos. Me envuelve y no me deja salir, me atrapa.

Mi cabeza empieza a dar vueltas y vueltas, los pensamientos salen a la luz y corretean con libertad por mi mente. Palabras y palabras, todas salen.

Esos pensamientos en mi cabeza... no son buenos, no me hacen ningún bien, tengo que deshacerme de ellos para poder vivir, cosa que ya estoy haciendo, pero vivir una vida llena de alegría y esperanza con cada nuevo día.

Después de todo, no todo es negativo, tengo que aprender a valorar también las cosas buenas sin darlas por sentado.

Porque sí, cada día es un regalo, tengo que vivirlo así, porque sentir amor es una bendición que no todo el mundo es capaz de darlo.

Tengo que vivir cada día como si fuera el último, buscando amor y felicidad de aquellos que me rodean, de aquellas personas que aún me quedan y aprovechar las oportunidades que tengo de ser buena con los demás.

Y es que, el día en el que aprenda a vivir será el día en el que agradezca a la vida por todo aquello cuanto me sucede. Aunque hoy por hoy no lo vea, sé que llegará el día en que sí. Incluso seré capaz de agradecer las lágrimas que derramé, pues en ellas está todo aquello que he aprendido y que me ha hecho ser fuerte.

Porque son las malas experiencias las que me han motivado a crecer fuertes, ayudándome a saber decir adiós a personas que amo, en ocasiones incluso en decir adiós para siempre a personas que sé que nunca más van a poder estar junto a mí. Decir adiós me rompió el corazón en mil pedazos, en algo que jamás podré olvidar. La vida me ha dado razones para llorar, pero soy fuerte y sigo adelante.

La vida también me ha regalado cosas que siempre me da razones por las cuales vivir, que son por ejemplo mis sueños, las personas a las que quiero...

Necesito aprender a vivir la vida con todos sus matices, algunos son negros y oscuros, otros están radiantes de luz. En mi interior hay una paleta de colores para dar color a medida que crezco, que maduro... Y el día que aprenda a ver la vida tal como es... ese día podré utilizar todos esos colores.

Sé que la vida es para disfrutarla. Que al final de mi camino pueda sentirme feliz por todo aquello que he sembrado. Que al mirar atrás sepa que he ayudado a mejorar tan siquiera un poco de mi vida, viviendo en el recuerdo de personas que jamás volverán, que mis palabras y mi amor siga viviendo. Que mis recuerdos sigan vivos y la llama nunca se apague.

Aún quedan muchas sorpresas por ver, no deis nada por sentado, no penséis que ya lo habéis visto todo y que la vida no os puede sorprender... Nunca penséis que estamos de vuelta, no os dejéis llevar por la tristeza del corazón ni os sintáis desilusionados por lo que no habéis logrado.

La vida no es fácil y siempre me despierto con la misma sensación: que por más que vea el vaso medio vacío, hay que seguir adelante. Pero nunca es así.

Es de ilusos pensar que alguna vez podremos estar totalmente libres de problemas, pues siempre tendremos algo que nos incomode, nos robe el sueño, o no nos haga sentir insatisfechos con la vida. Tan pronto resolvamos un problema descubriremos otro nuevo, o lo que es peor, presenciaremos el retorno de un problema que creímos ya superado. Tanto así que es lógico que en ocasiones nos desanimemos, perdiendo la ilusión por vivir el día a día, pensando que la vida ya no podrá sorprendernos ni alegrarnos...

En lo personal me gusta creer que las personas somos seres de amor, capaces de dar y recibir alegría los unos a los otros. Me gustaría creer que el amor que entrego es recibido con el mismo valor con el que lo he regalado.

Me gustaría sí, pero por más que lo desees nunca sucede. 

Hasta el día en que sí suceda.



Hola amores!!!

Aquí tenéis una nueva entrada que espero que os haya gustado y que comentéis.

Gracias por leer.

Besos, María.

Mi mundo entre letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora