Las faldas cortas y los escotes prominentes continuaron un par de días. Se enojaba de que hablara con los demás, pero, cuando me mandaba a llamar, no le daba ni una sola oportunidad de tocarme. Eso lo enfurecia más, pero, de cierta manera, me hacía sentir satisfecha.
Quería que notara ese cambio de actitudes en mi. Que viera que realmente no podría hacerme lo que quisiera, para que, en el momento menos esperado, pudiera tomarlo por sorpresa.
—¿Vienes a almorzar con nosotros?— preguntó uno de mis compañeros, ya listo para salir junto a otros dos.
—Gracias chicos, pero tengo que ir al banco a arreglar un problema, usaré este tiempo para eso.
—Oh, está bien. ¿Y quieres que te traigamos algo?
—En el camino compro algo, gracias.— él y los que lo acompañaban asintieron y enseguida se fueron.
Por obvias razones, al ser la hora del almuerzo, la estación estaba prácticamente vacia, había uno que otro que salía más tarde, o incluso los que ya habían ido a comer.
Al no haber tantos testigos, pude levantarme sigilosamente de mi lugar para ir a la oficina del sargento Iruma.
Sin siquiera tocar, abrí de golpe la puerta y entré, encontrandolo frente a su computadora como de costumbre.
—¿No saldrá a almorzar, sargento?
—¿Me vas a invitar, acaso? ¿O por qué tu pregunta?
—Bueno,— comencé cerrando la puerta tras de mi. —la estación está casi vacía y, tomando en cuenta que usted no ha salido a almorzar,— me acercaba con pasos lentos hasta su escritorio. Rodee este y el giró sobre su silla, quedando justo frente a mi. —pensé que tendría hambre.— mordí mi labio inferior y él soltó una risa.
—Creí que habías dicho que todo había sido un momento de debilidad.
—Y lo fue.— me acerqué más, él abrió las piernas y me coloqué entre estas. Tomó mi cintura y la acarició un poco. —Pero,— pasé una de mis manos por su mejilla y la fui bajando por su pecho —también sé que me deseas. Me deseas cada minuto del dia,— mi mano llegó hasta entrepierna. Sólo la dejé ahí, sin hacer movimiento alguno. —tanto como yo a ti.— sentí su miembro comenzar a tomar firmeza.
—Parece que alguien quiere salir de aquí,— puso su mano sobre la mía, y comenzó a frotarse —y entrar en una estrecha y mojada cueva.— finalizó metiendo su otra mano bajo mi falda.
Quité mi mano de su entrepierna y con esta, quité la suya de la mía.
—Te dije que entraría, cuando yo lo decidiera.— Lo miré y volví a morder mi labio. —Aunque...— comencé a agacharme. De inmediato captó mis intensiones, pues se acomodó en la silla. —podríamos darle una temporal, ¿no?— dije cuando estuve por fin hincada frente a él.
Me miraba atento, y con la mirada rogaba que lo hiciera ya.
Me tomé mi tiempo para desabrochar su cinturón, cosa que claramente lo estaba torturando. Sentía la necesidad en su mirada, y lo disfrutaba demasiado.
Desabotoné su pantalón y bajé el zipper. Me abrí paso entre su ropa interior y saqué su miembro de esta.
¿¡QUE ESTOY HACIENDO!?
Mi yo normal ya hubiera regresado a Osaka. Pero no, mi yo bajo el mando de Iruma estaba mal. Este hombre me traía mal.
—¿Qué? ¿Soprendida?— preguntó al notar que sólo miraba su miembro.
No ______, no es momento para pensar en lo que estamos haciendo, mucho menos de arrepentirse.
Ya has visto como funciona esto, tú puedes hacerlo.
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「Un Sucio Policía」
FanfictionTodos conocemos esos papeles de el policía bueno y el policía malo. En la estación de Yokohama conocen perfectamente el papel que juega Jyuto Iruma, por sus relaciones con la Yakuza y la manera en que consigue las cosas. Una nueva policía está por l...