¿Te Gustaria Ir a Cenar?

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—Sargento Iruma, necesito que revise esto.

—Claro, pasa. Ustedes, pueden retirarse.— dijo refiriéndose al par de policías que estaban con él en la oficina.

En cuanto estos se fueron, él se apresuró a llegar conmigo y me besó.

—¿Entonces está bien mi informe?— pregunté entre besos, antes de soltar una risa.

Quitó el par de papeles que había en mi mano y los dejó en algún lado. Me pegó a la puerta y bajó sus besos a mi cuello.

—Sargento, alguien podría entrar.— dije en su oído soltando un pequeño gemido al final.

—Vamos, si lo hacemos rápido, no tenemos de qué preocuparnos.

Sentí movimiento en mi vientre, él ya se estaba preparando para sacar a su amigo.

Abrió mis piernas e hizo a un lado mi ropa interior. Me tomó de los muslos y me cargó presionandome contra la puerta. Una mano abandonó el contacto para dirigirse a su miembro y hacerlo entrar en mi.

Desde el principio sus embestidas eran rápidas, pues en efecto, tenía que ser rápido si no queríamos ser descubiertos.

Esto se ha repetido desde hace ya un par de dias. Precisamente desde aquel día que me hizo suya por completo.

Ahora, cada que iba a la oficina, teníamos un pequeño encuentro. Este podía ser de sexo oral, o sexo como el actual.

El problema siempre era que desacomodaba mi ropa y tardaba un poco más en salir, y claro, los rumores fuera de su oficina se esparcieron por toda la estación.

Hasta donde sé, su superior le llamó la atención, diciéndole que tuviera cuidado con estar teniendo "aventurillas" con las oficiales o estar haciendo cosas indebidas dentro de la estación.

Claro que a Jyuto le importo nada más y nada menos que un pepino. Es decir, si no le importa que hablen de él por juntarse con la yakuza, ¿qué le va a importar que digan que se está metiendo con una subordinada?

—Me encanta como a pesar de que lo haces a prisa, logras hacerme llegar con el mismo placer de siempre.

—Cariño, ese es un don, que sólo yo tengo.— dijo antes de besarme.

Me dejó de nueva cuenta en el suelo y tomó un par de pañuelos para limpiar el desastre que había entre nuestras piernas.

Mientras yo me encargaba de mi ropa y él de la suya, leía mi informe, porque claro, tampoco pasaría por alto el trabajo.

—Está bien, sólo hay sacarle un par de copias.

—Okay.

—Cuando las tengas, me las traes.— dijo tomándome de la cintura y acercándome a él para depositar un beso en mis labios.

—¿No te cansas, a caso?

—Me encanta tu cuerpo, me encanta como me haces sentir, así que, si no fuera porque estoy trabajando, te la metería cada segundo del día.— y me besó.

—¡Ja! Si, claro. No creo que tengas la energía suficiente para hacer eso.

—¿Ah no? ¿Me estás retando a caso?

—¿Mañana es tu día de descanso?

—¿Pretendes hacer que te lo pruebe?

—No, simplemente pensé que podríamos pasar la noche juntos. Así te daría tiempo de ir a tu casa a cambiarte y nadie aquí sospecharia nada.

—¿Eso es una invitación?

—Si, a cenar— dije antes de salir de la oficina.

No es que estuviera fisgoneando, ni mucho menos. Sólo, de casualidad, vi que Jyuto descansaría mañana al igual que yo. Desde hace tiempo, refiriéndome exactamente a desde que lo conozco, lo he imaginado y deseado en mi cama, así que, esta era la oportunidad perfecta.

「Un Sucio Policía」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora