Te He Estado Esperando

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—Mayor.— me llamaron abriendo la puerta de mi oficina. Uno de mis subordinados se estaba asomando esperando por mi aprobación de entrar.

Una vez que le di la señal, entró por completo y me dedicó un saludo con su mano.

—Los nuevos cargos están por llegar.

—Muy bien. ¿De dónde? ¿Sabes?

—Desconozco el dato, Mayor.

—No hay problema. Gracias por el dato. En cuanto lleguen, por favor diles que vengan a la oficina.

—Si, señor.— dio un saludo más y se retiró.

Hace poco más de dos años había regresado a Osaka y ahora, una vez más, subí de rango. Todo estaba bien en mi vida... por lo menos, fuera del ámbito amoroso.

Jyuto... no ha dejado de aparecerse en mi cabeza desde aquella vez que vino hasta aquí a decirme sus verdaderos sentimientos. Traté de llamarlo a Yokohama muchas veces pero, él simplemente no queria tomar mis llamadas.

Le he llorado, demasiado. Pero, también sé que fue mi culpa y no puedo quejarme. Me mantengo entretenida en mi trabajo y, creo que hasta el momento todo va bien.

Los nuevos cargos habían llegado. Todos eran puestos inferiores. Me dediqué a darles la bienvenida y asignarlos a un área.

Desde que hago esto, he tenido la esperanza de que, en cualquier momento, Jyuto aparezca diciendo algo como...

—Mayor (a)_____, teniente Komada a la orden.— algo así. Sólo que, con él apellido de Jyuto.

—Es un gusto conocerlo, teniente.— dije dedicándole una sonrisa. Le invité a tomar asiento y le di la mano.

Era un hombre sumamente atractivo, y tenía una sonrisa encantadora.

Una nueva aventura... quizá. Definitivamente no le diría que no, pero, tendré que hacerlo. Aún tengo en la cabeza a Jyuto.

—¿Tiene alguna duda, Komada?

—Si, aunque, no es referente a lo que me acaba de explicar.

—Bueno, si puedo responderla, adelante.

—Yo creo que si.— hizo una pausa —¿Por qué su escritorio está tan vacío?— no pude evitar reír.

Era lo último que esperaba que preguntara. Pero si, era verdad.

Mi escritorio era grande, pero sólo tenía la computadora, un teléfono y un par de artículos de papelería amontonados en el lado derecho; el resto, estaba completamente vacío.

Por alguna razón, comencé a dejarlo vacío. Si tenia papeleo que hacer, todo iba a un estante o a un cajón, nunca al escritorio.

Si Jyuto llegara a venir, tendría espacio para...

—¿Entonces?— volví a mi realidad. Una realidad donde, quien tenía enfrente, no era Jyuto.

—Ah, eso... es porque... bueno, realmente yo tampoco lo sé. Creo que debería mandar a traer un escritorio más pequeño.— ahora, quien rió, fue él.

—Que divertida es, Mayor. Y también, muy atractiva.

—Se lo agradezco.

—¡Komada!— esa voz.

—¡Capitán Iruma!— el chico se levantó de golpe viendo hacia la persona que se encontraba en la puerta.

Era él. Era Jyuto.

Si antes se veía genial, ese nuevo uniforme lo hacía ver aún mejor que antes.

Quería llorar de la emoción. Saltar a su brazos, decirle que lo extrañé y hacerlo mío una vez más, pero, había un problema. El teniente presente.

「Un Sucio Policía」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora