Capítulo 1

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"La lengua más dulce tiene los dientes más afilados."

Jaebeom, jadeando, enterraba sus largos dedos pálidos en el espeso cabello negro, atrayendo al otro hombre más cerca de su pecho, el mayor profundizó el beso con desesperación como si en cualquier momento fuera a despertar de algún sueño, violencia se denotaba en cada movimiento, lenguas enredadas y dientes chocando con deseo.

No hay nada de dulzura o ternura en el beso, nada que se parezca en absoluto al dulce beso de reencuentro en alguna novela romántica, pero Jaebeom se siente borracho de placer, acercándose para saborear la viciosa y cálida boca ajena.

Incluso después de todos estos años, Jinyoung todavía sabe celestialmente dulce.

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Cuando recibió la invitación para la reunión, la primera reacción de Jaebeom fue bloquear el número de Jackson y fingir que era un hombre de las cavernas que vivía debajo de una roca dentro de una cueva en una isla en medio de la nada sin ningún medio de contacto.

La preparatoria no fue una de las mejores etapas de su vida.

Tiene tantos arrepentimientos sobre esos años, tantos errores cometidos, algunos eran tan despreciables y horribles que era una maravilla que el mundo no lo hubiera castigado todavía por ello.

Años. Jaebeom pasó años siendo una persona llena de ira y de angustia, odiando al mundo entero antes de que estuviera en sus cinco sentidos, haciéndole darse cuenta de lo que había hecho y convirtiendo su ira en arrepentimiento total.

Jaebeom no deseaba estar entre sus antiguos compañeros de clase y escuchar que hablaban sobre sus divertidos años en la preparatoria, completamente ajenos a la oscuridad y desamparo que provocó en uno de sus compañeros.

Después de todo, ya había pasado estos últimos diez años intentando expiar sus pecados.

Todo ese tiempo de vez en cuando se encontraba mirando la foto del viaje de verano de su clase que estaba enmarcada en el buró de su cama, mirando unos brillantes ojos castaños en la foto, tratando de olvidar los ojos llorosos e hirientes que sus recuerdos trajeron, más aún, que él mismo había provocado.

Jaebeom abandonó su futuro prometedor como productor musical para convertirse en maestro de jardín de niños; todo porque estaba obsesionado con aquella sonrisa brillante y entusiasta que era tan similar a las sonrisas de sus alumnos.

El pelinegro siempre se detenía en su camino para ayudar a quienes lo necesitaban, desde ancianitas que querían cruzar la calle, hasta gatos atrapados en un árbol, incluso defendía a otras personas que estaban en problemas, solo porque eso era algo que haría su primer amor.

Aquel primer amor que él dañó sin piedad.

Jaebeom no tiene ninguna intención de ir a su reunión de la preparatoria.

Ver a su grupo de compañeros incompleto lo rompería de nuevo y más aún saber que él fue quien causó la ausencia de aquella persona.

Pero, por supuesto, toda esperanza de ignorar la invitación salió por la ventana cuando Seulgi casi rompe la puerta de su casa para entrar.

Ella estaba enojada y haría todo lo posible como para que Jaebeom asistiera a esa reunión después de todo.

—Eso es muy grosero de tu parte, Im —siseó la mujer de cabello negro, con los labios curvados en una sonrisa agradable a pesar de la forma en que sus ojos brillaban con malicia y una ira enterrada durante años. —Cualquiera habría pensado que abrirías la puerta para tu primera novia.

Lengua dulce y dientes afilados | JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora