Capítulo 2

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Ver a Jinyoung de nuevo arrojó a Jaebeom a un pantano de emociones mezcladas entre el dolor y el arrepentimiento.

Como todo rey del drama, la llegada de Jinyoung atrae la atención de todo el grupo. El silencio cae sobre ellos cuando sus ojos se vuelven hacia su dirección, mientras él camina hacia la sala donde se lleva a cabo la reunión.

Jinyoung es el último en llegar después de todo, y por un momento, Jaebeom había pensado que no vendría.

Pero él llega, vestido impecablemente, con un elegante traje de color negro y una camisa roja desabrochada ligeramente, mostrando parte su tentadora clavícula. Jinyoung tiene un brazo alrededor de la delgada cintura de una mujer de cabello negro.

BamBam suelta un silbido, murmurando lo afortunado que es Jinyoung por salir con una chica tan hermosa.

Y Jaebeom tiene que admitir, la mujer es hermosa, con una cara tan delicada como si hubiera sido tallada por un talentoso artista, cabello negro que enmarca sus afilados ojos y un vestido a juego con el traje de su acompañante, dándole un aura de mujer letal.

Pero Jaebeom solo tiene sus ojos puestos en Jinyoung.

Jinyoung, cuyo cabello está teñido en tonos castaños más claros. Jinyoung, que ya no tiene aquel aire de pureza e inocencia, sino que tiene el mismo aire de letalidad que la mujer a su lado.

Jinyoung, cuyos oscuros ojos afilados ya no están nublados con miedo mientras su mirada se pasea alrededor, solamente para fijar su vista en Jaebeom.

Jinyoung, que le sonríe a Jaebeom con un brillo peligroso en sus ojos.

Jinyoung, que guía a Jaebeom a un rincón apartado mientras su novia distrae a sus excompañeros de clase.

Jinyoung, que besa a Jaebeom hasta dejarlo sin aliento, con una violencia tan diferente al chico dulce que Jaebeom había roto hace una más de una década.

Jinyoung, que arroja sucias promesas como alfileres al oído de Jaebeom mientras lo lanza contra la pared y aprieta su culo.

Jinyoung, quien todavía tiene un sabor celestialmente delicioso incluso si algo en la mente de Jaebeom susurra en pánico que los besos del menor son veneno en lugar de miel.

Jaebeom ignora su propio instinto de conservación. Se deja ahogar en aquel caliente beso con sabor a reencuentro, murmurando disculpas sin parar en los dulces labios de su primer amor.

Jinyoung nunca responde a sus disculpas.

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La vida de Jinyoung en la preparatoria fue un infierno.

Todo era verano al inicio, cuando el aprendió a querer a la chica que robó su corazón.

Después, Im Jaebeom entro en su vida como una indeseada nube oscura volviendo su verano en un frío y severo invierno.

Él nunca entendió porqué Jaebeom lo eligió a él para forzarlo en aquella retorcida y jodida relación cuando el mayor ya tenía Seulgi como su novia.

—Mío —la palabra salió como un gruñido sobre su nuca, dientes rozando la magullada piel. —Eres mío, Jinyoung.

Jinyoung se preparó a sí mismo contra la pared cuando sintió aquella mordedura, puntuada con otra dura embestida que hizo sus piernas sentirse débiles y su cuerpo soltar espasmos de placer en contra de su propia voluntad. Sus puños se cerraron en la pared, luchando para resistir el impulso de golpear el engreído rostro del pelinegro, recordándose a sí mismo que él hacía esto por su amiga, que mientras este idiota estuviera satisfecho con él, no molestaría a Seulgi arruinando su prometedor futuro de paso.

Lengua dulce y dientes afilados | JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora