Capítulo 3

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El sábado parecía pintar bien, hasta esa mañana, Towa se encontraba frente a su espejo, mirándose así misma, su rostro se veía cansado y afligido, terminó por amarrar su cabello en una coleta alta y salió de su habitación.

—Buenos días, señorita Towa —saludo Kaede al verla.

—Buenos días Kaede. —contestó, toma asiento en el comedor —¿y mis padres? —pregunta al no verlos ahí.

—Sus padres salieron temprano.

—¿A qué hora?

—A las 6 de la mañana.

—Oh, ¿te comunicaron a qué hora vendrán?

—No, sabe que sus padres son impredecibles.

—Eso sí. —suspira ella.

—Buenos días, señorita Taisho. —Tamano apareció con una bandeja en manos, depositó el desayuno de la castaña en la mesa.

—Buenos días, Tamano, te llamas así, ¿no?

—Es correcto. Tenga buen provecho. —se retira dejando a las dos.

—¿Dónde está Rikardo? —cuestiono de pronto Towa.

—¿Rikardo? —cuestionó extrañada la anciana.

—El chófer... ¿Así no era?

—Se llama Riku.

—Oh, me confundí —dijo con una sonrisa apenada —¿sabes dónde está?

—Debe estar en el garaje, él no para mucho aquí.

—Ya veo... —empieza a degustar su desayuno.

—Seguiré con mis deberes, buen provecho. —se retiró la peliblanca.

Después de terminar su desayuno, Towa se dirigió a su habitación, miró a su alrededor notando que habían varias cosas que ya no usaba o le servían. Era sábado después de todo, sus tareas de la escuela estaban hechas, ¿por qué no hacer una limpieza profunda en su habitación?

Agarró una bolsa negra y empezó.
Primero deshecho alguna que otra envoltura de comida chatarra, luego optó por botar algunos de sus peluches que ya estaban descosidos del todo, siguió botando algunas cosas más hasta que llegó a su estante.

Se detuvo un momento para observar lo que estaba ahí.

Trofeos, medallas, reconocimientos, y sobre todo había una foto en el centro de todo eso.

La única foto familiar que tenía.

Ella tenía alrededor de unos seis años, y a sus lados estaban sus padres, con expresión seria mientras ella sonreía. Tomó con delicadeza el portaretrato que cuidaba esa foto, pasó sus dedos por el cristal de este.

¿Por qué?

Siempre se preguntaba qué hizo mal para que sus padres la odiaran. La foto que sostenía fue gracias a su abuela Irasue, quién les exigió a sus padres que lo hicieran. Estos aceptaron de mala gana, y hasta por lastima, según sabía Towa.

Esa foto fue su regalo de cumpleaños, siempre recordaba sus cumpleaños con tristeza, dado que, sus padres ni siquiera la saludaban, era un día más en sus vidas, una lágrima resbaló por su mejilla al recordar uno de sus cumpleaños, el más horrible que haya tenido.

Flashback

Una pequeña niña de siete años bajó a toda velocidad por las escaleras de la mansión, tenía una gran sonrisa plasmada en su rostro.

—Cuidado niña Towa. —escuchaba decir a Kaede quien iba tras ella.

La castaña no paraba de sonreír, llegó hacia el comedor, el cuál estaba vacío.
Miró a sus lados en busca de sus padres, pero no los encontró.

Triste Realidad 🥀 ( Riku & Towa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora