1995

q

el chico de los cigarrillos entre los dedos una noche de septiembre se asomó a la ventana que daba al balcón de su habitación, con el mechero en el bolsillo de su camisa a cuadros, un insomnio que llevaba arrastrando días y meses y noches, muchas noches sin ella, con las ganas de ver mundo y cambiar de aires de ideas de rostros en las calles de nombres conocidos de esperar por algo que valga la pena, con las ganas de perderse y encontrarse a sí mismo, no conformándose al ver cada noche las estrellas desde el mismo balcón con los mismos demonios a sus espaldas y ese paquete de cigarrillos que iba a ser el último

las estrellas

parecieron brillar

más que nunca